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El deseo no envejece

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Generalmente es difícil hablar sobre la sexualidad en el adulto mayor, más que nada por ser un tema doblemente tabú: el sexo y el envejecimiento. Se entiende erróneamente que la idea misma de considerar a una persona sexualmente activa, solo corresponde a un periodo de la vida en donde prima la juventud, las hormonas y la posibilidad de cumplir con la reproducción.

A decir de María Rosa Appleyard Biscotti, psicóloga clínica y máster en Sexología y Terapia de Pareja, máster en Salud Sexual y Sexología Clínica y gerente de Proyectos de ECIS (Educación, Clínica e Investigación en Sexualidad), esa situación podría condenar cualquier conducta que saliera de esta regla.

También podemos exponernos a negar un aspecto fundamental del ser humano, un derecho universal, apartándonos de lo que realmente podría significar una vida sexualmente satisfactoria para nuestros/as adultos/as mayores y para nosotros/as mismos/as al alcanzar esta etapa. 

Appleyard agregó que la sexualidad en la adultez mayor se vuelve invisible e inexistente, pero todos los seres humanos vamos desarrollando la sexualidad a lo largo de las diferentes etapas evolutivas de la vida, cada una de ellas con sus características físicas, psicoafectivas, psicosociales, todas importantes de considerar para un mejor abordaje de la vida sexual.

“La sexualidad es mucho más amplia que solamente la capacidad física de poder tener relaciones sexuales o sufrir de alguna disfunción sexual que no permita llegar al coito”, aseguró la especialista. “Es también placer experimentado de diferentes formas, individualidad, roles, intimidad, comunicación, afectos, compañerismo y aquello que permita a la persona sentirse realizada, indistintamente la edad”.

 

La sexóloga aconsejó aceptar que podrían haber situaciones médicas, psicológicas, emocionales y de pareja que exijan una adaptación y una nueva oportunidad de experimentar estas condiciones, sin presiones y abiertos a registrar las sensaciones y oportunidades de incorporar nuevas formas de sentir placer. 

 

EN LA MUJER

En el caso de las mujeres, la sexóloga aseguró que las situaciones más comunes responden a una posible disminución del deseo sexual, marcada disminución de la lubricación vaginal, cambios en la elasticidad de la vagina, disminución de las sensaciones orgásmicas y la percepción de que el cuerpo de una adulta no representa erotismo, ni sensualidad. 

“Estas condiciones físicas generalmente podrían generar malestares y continuo displacer en las relaciones sexuales, propiciar condiciones relacionadas a disfunciones sexuales, como dolor durante o después de las relaciones sexuales, lo que haría que las mismas se vean afectadas de manera negativa”. 

La profesional señaló que es importante romper con los prejuicios asociados a que la vida sexual de la mujer cumple solamente la función de la reproducción y que, en esta etapa de la vida, ya no tiene razón de ser. 

Con el acompañamiento profesional que corresponde, es posible tratar, acompañar e informar adecuadamente sobre la posibilidad de experimentar de forma más saludable y satisfactoria esta etapa de su vida sexual. 

EN EL HOMBRE 

En el caso de los hombres podrían presentarse diferencias en el tiempo, capacidad y calidad de la erección, así como la cantidad y capacidad de los espermatozoides, del mismo modo experimentan una diferencia probablemente marcada en el período refractario (período de descanso después de una eyaculación), elementos considerados culturalmente vitales para la expresión de la masculinidad. 

“Es importante poder comunicar cómo se siente en este aspecto, y evaluar los factores que podrían ayudarle a permitirle vivenciar esta etapa de forma más satisfactoria”, concluyó la sexóloga. 

DATOS INTERESANTES

En cuanto a las relaciones de pareja, la situación puede ser diversa, están las parejas que sostuvieron la relación por años y en esta etapa de vuelta pueden dedicarse uno al otro, en un contexto de compañerismo y re enamoramiento. 

También están las personas que se encuentran solas o separadas, o que enviudaron y que se permiten de vuelta encontrar una pareja y generar una nueva relación. 

Así como también, personas que en esta etapa “salen del closet” por considerar que era una situación que no podían asumirlo en otras etapas de su vida, o que sienten que en esta etapa ya no tienen nada que perder al respecto, permitiéndose vivir así la relación de forma más abierta.  

Una encuesta realizada en el Reino Unido en 2019 encontró que la actividad sexual regular ayuda a promover una buena salud mental y física en las personas mayores de 50 años.

El estudio, que se realizó a 2.577 hombres y 3.195 mujeres, también encontró que los adultos mayores que tenían poco deseo sexual tenían más probabilidades de desarrollar cáncer u otras enfermedades crónicas, informó The Independent.

 

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