De acuerdo a un estudio de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), la región iberoamericana se recuperará en términos educativos recién en 11 años. No obstante, expertas hablan de un escenario más difícil para Paraguay.
La OEI ha publicado el informe “Efectos en la Educación iberoamericana: un año después del Covid-19”, analizando cuáles han sido los efectos de la crisis del coronavirus en la educación regional, poniendo su mirada en la pérdida de aprendizaje y en el impacto económico que supondrá la pandemia en Iberoamérica debido al cierre de las aulas.
Dentro del estudio se hace énfasis en los efectos negativos en términos académicos, tanto que en Iberoamérica solo podría hablarse de una recuperación en 11 años.
En ese sentido, analizando la situación en la cual podría encontrarse Paraguay, la educadora y rectora de la Universidad Autónoma de Encarnación (UNAE), Nadia Czeraniuk, dijo que se debe observar el escenario en el cual se encontraba nuestro país antes de la pandemia. Anteriormente, no estábamos en una situación privilegiada en torno a los logros educativos, cuando los mismos eran medidos a través de diversas instancias internacionales.
Nadia Czeraniuk
“No iniciamos la pandemia en un estado perfecto, entonces no sabemos a través de una metodología científica el verdadero daño que nos dejó, pero se puede intuir que dos años de una educación formal mucho más desorganizada y desigual dejará grietas profundísimas”, comentó la educadora.
Así también, indicó que desde la UNAE tienen un pequeño estudio sobre la situación académica en Itapúa y a través de una prueba desarrollada el año pasado a alumnos de la media con promedio 5, quisieron determinar si los mismos poseían suficientes capacidades y habilidades, pero el resultado de dichas pruebas fue desastroso. Este año volvieron a desarrollarlas y la situación fue incluso peor.
“No podemos precisar si los resultados son de la pandemia o de la situación en general, pero sí podemos decir que muchos de los chicos que vienen con un 5 absoluto decaen en un 50% cuando se habla del rendimiento dentro de la universidad”, destacó la especialista, demostrando a través de ese contexto educativo el nivel atravesado en el ámbito mencionado.
¿11 AÑOS SERÁN SUFICIENTES?
Desde el punto de vista de la educadora Czeraniuk, los 11 años de recuperación podrían ser suficientes para nuestro país si se aplicasen políticas fuertes y agresivas, pues sin ese tipo de determinaciones, ni en 15 años lograremos el cambio mencionado.
“Tiene que haber una política de estado fuerte donde la educación se ubique en el punto principal de la agenda pública; eso deseamos y esperamos para que repunte la educación en el país, pues los esfuerzos aislados son muy insuficientes”, argumentó.
Por su parte, la Exviceministra de Educación, actual embajadora y delegada permanente de Paraguay ante la Unesco, Nancy Ovelar, expresó que la posibilidad de recuperación podría desarrollarse en más años porque una de las principales falencias, relacionada al acceso a herramientas tecnológicas, es muy parcial y desnuda la inequidad porque no todos los estudiantes poseen un servicio de internet.
Nancy Ovelar
“Al respecto, Unicef está haciendo unos estudios, primero de los excluidos del sistema que son un alrededor de 250.000 estudiantes y los expulsados durante la pandemia, que son más de 50.000; los supuestos accesos a diversas herramientas constituyen simplemente unas respuestas burocráticas para decir que se hace algo, cuando no es así”, determinó la profesional.
Ovelar señaló que la recuperación del sistema educativo será incluso más complicada en zonas económicamente más vulnerables, donde no llegan de manera suficiente las herramientas necesarias para las mejoras.
Por otra parte, la Exviceministra subrayó que otro aspecto que influye en las escasas observaciones en torno a una completa recuperación se debe a la baja inversión en el área de la cultura, pues si no se generan suficientes espacios e inversiones en políticas culturales, se estarán perdiendo la identidad, los valores y la capacidad de responder con creatividad ante problemas complejos.
“Un aspecto que no hemos aprovechado, por ejemplo, es la pérdida en el proceso de infraestructura; no se cuentan con recursos suficientes y tampoco se dotó a las instituciones de ninguna infraestructura para que el regreso a clases se pueda generar en buenas condiciones”, concluyó.