El exdirector del Hospital de Trauma, doctor Aníbal Filártiga, habló sobre el delicado escenario que atraviesa el centro médico con una ocupación total de sus camas para adultos en Terapia Intensiva, a raíz de la tremenda cantidad de accidentes de tránsito que acontecen diariamente en el área metropolitana y otras urbes de concurrencia.
En la ocasión, explicó que si bien disminuyeron los números de accidentados en un momento dado durante la pandemia, aumentó la gravedad de los percances y tragedias, lo que al fin y al cabo termina afectando a todo el sistema de salud y presupuesto con el que cuenta el hospital para asistir a unas 100 mil personas al año.
En palabras del profesional, en una entrevista a Telefuturo, la distribución de los gastos dentro del centro se inclina totalmente hacia un sector inmerecido.
DESPROPORCIONAL
“Si hacemos un triángulo del presupuesto, observamos que el 85% del mismo se usa directamente en el 15% de los pacientes, que son accidentados graves, criminales y borrachos; es decir, en la peor escoria, en los que menos merecen, se gasta el 85%”, evidenció el mismo, haciendo alusión a que el restante 15% del presupuesto tiene que ser mal distribuido en unos 80 mil pacientes, aproximadamente.
En detalle, según Filártiga, puso como ejemplo que un motociclista accidentado que sufrió lesiones a consecuencia de la imprudencia de otros conductores, pero que fue prudente al cumplir con todas las normas reglamentarias de tránsito y contar con toda la protección y distinción para biciclos, como es el casco, el chaleco con luces refractarias, y su motocicleta en condiciones de circulación, le cuesta al hospital y al Estado un promedio de G. 850 mil. Esto, considerando exámenes, radiografías y ecografías, como resultado de lesiones de bajo impacto.
Sin embargo, el conductor imprudente o en estado etílico, le cuesta al Estado unos G. 300 millones, aproximadamente. El mismo llega al hospital con traumatismo de cráneo grave, traumatismo cervical, contusión pulmonar, fracturas costales, fracturas y lesiones en los cuatro miembros o extremidades, amén de otras complicaciones a causa del alcohol en la sangre. “Estas cifras son por lo bajo, ya que hay pacientes que quedan 6 meses internados en terapia y esto puede llegar a ascender hasta unos G. 800 millones”, especificó Filártiga.
Conforme a datos estadísticos otorgados por otros profesionales, se estipulaba que el gasto diario de un paciente promedio hace 4 años atrás llegaba a los G. 150 mil, pero a la fecha esta cifra llegó a cuadriplicarse. Según los médicos, en el Hospital de Trauma, el acompañante de un paciente grave puede llegar a tener un gasto de bolsillo diario en torno a los G. 450 mil, es decir, un 50% de los insumos, exámenes o medicamentos que el centro no puede proveer al accidentado durante su estadía.
4 JINETES
El gasto anual, que podría ubicarse en torno a los US$ 80 millones o US$ 100 millones cada año, según el cálculo a grosso modo del doctor Filártiga, dividido entre 100 mil pacientes o atenciones que puede brindar el hospital en ese período, da cuenta de unos US$ 800 por persona, independientemente de la gravedad del caso o lapso de internación del mismo. A su consideración, este número podría ser perfectamente disminuido si se trabaja en erradicar los principales males y hábitos negativos que tiene el paraguayo en el tránsito.
Finalmente, Filártiga enumeró a los ya conocidos enemigos del centro asistencial que son los “4 jinetes del Apocalipsis”. Estos son el pésimo transporte público que obliga a cientos de miles de paraguayos a transitar en sus vehículos con mal estado, el alcohol y sus variadas consecuencias, el uso indiscriminado del celular al volante y la impunidad absoluta reinante en las calles.