El pasado viernes salió a la luz la denuncia sobre un supuesto abuso sexual del que fue víctima un niño de seis años en un colegio privado de Lambaré. La denuncia fue formulada ante la Fiscalía debido a que la institución no reportó el hecho ni activó los protocolos establecidos para dichos casos.
El Ministerio de Educación y Ciencias estableció desde el 2015 un protocolo de prevención, que establece disposiciones y medidas de actuación ante la detección de un caso de acoso o abuso escolar. Esta disposición debería estar socializada con todos los miembros que componen la comunidad educativa.
“El protocolo no puede desconocerse. Todos los que estén en educación deben conocer el protocolo. El caso no puede ser el resultado del desconocimiento del protocolo”, enfatizó Luis Ramírez, vicepresidente de la Asociación de Instituciones Educativas Privadas del Paraguay (Aiepp).
Más allá del protocolo de actuación, la prevención del abuso infantil en el ámbito educativo se dará únicamente de la mano de una educación afectiva y “socioemocional”, que aún constituye un déficit en las escuelas, resaltó Ramírez.
“Este año estamos todos preocupados en recuperar matemáticas, lenguas y tantas horas. No obstante, lo que hay que recuperar acá es el mundo afectivo, la emocionalidad de los chicos y hay que invertir tiempo para este trabajo. Los niños que, por ejemplo, debían cursar el primer grado cuando empezó la pandemia, hoy ya están en tercero. Cómo aprendieron ellos las normas y las pautas de conducta, y los hábitos de la escuela como levantar la mano para hablar o respetar una fila”, mencionó.
Tras dos años de educación virtual, los niños y adolescentes se vieron sumamente expuestos a fenómenos de la red como la pornografía, recordó el vicepresidente de la Asociación de Instituciones Educativas Privadas del Paraguay.
“Lastimosamente, le dejamos encerrados a nuestros hijos durante dos años, solos con la posibilidad de acceder a medios que le pusieron en contacto con un estilo de ponografía, de alto contenido violento. Eso ha formateado y generado un modelo de acción y reacción que no está precisamente basado en lo que es la convivencia humana, sino en lo que es la convivencia artificial como la de los juegos electrónicos. Hay como una falsa noción de la realidad. Eso le empuja a los niños y jóvenes a perder el sentido de la realidad, que se consigue en la convivencia con otros”, afirmó.
AGRESORES NO
SON IMPUTABLES
La fiscal Myriam Rodríguez, quien tiene a su cargo la investigación del abuso sexual en un colegio de Lambaré, dio a conocer ayer que los presuntos autores de la agresión tienen entre 12 y 13 años, por lo que son inimputables. Debido a esta condición, el Ministerio Público solo podrá remitir los antecedentes del hecho al Juzgado de la Niñez y Adolescencia y otras instituciones que deben aplicar los mecanismos establecidos.
En relación a que los agresores no podrán ser juzgados, Ramírez recordó que “cuando estamos hablando de menores, se habla de un producto del sistema y un contexto y también tienen que ser atendidos. Hay un trabajo que tiene que hacerse tanto con la víctima como con el agresor. Hay que trabajar el desarrollo humano. Están en una etapa de formación, son menores, tienen un tiempo por delante, tienen que aprender y no se les puede tampoco cortar su proceso educativo. Son acciones que hay que afrontar con mucho cuidado y trabajarlas atendiendo los derechos que tienen los niños”.
OTRO CASO
Luego de que tomara estado público el presunto abuso sexual del niño de 6 años dentro del colegio privado en Lambaré, los padres de un alumno de 10 años de la misma institución, se acercaron a la sede fiscal de esta ciudad para informar que su hijo también habría sido víctima de una agresión similar.
La fiscal Myriam Rodríguez confirmó a los medios de prensa que fue informada sobre el presunto nuevo caso, pero no dio detalles sobre el mismo a fin de salvaguardar los derechos de los niños presuntamente involucrados