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Discriminación y opresión: Mujeres afganas su lucha por la supervivencia

Camilo López Delgado

Analista Internacional

Las calles de Kabul cuentan hoy historias de desolación y desesperanza. A casi tres años del retorno de los talibanes al poder, las mujeres afganas han visto cómo las libertades ganadas a pulso durante las últimas dos décadas se desmoronan ante sus ojos como un frágil castillo de arena en medio de una gran tormenta. El regreso de normas medievales, decretos draconianos y la pérdida de todos sus derechos las sofocan y las envuelven en una realidad de desesperanza y miedo por su propia existencia.

Estrictos códigos de vestimenta, el no poder salir solas a la calle, los castigos y el haberles arrebatado el sueño y el derecho a estudiar y a trabajar, las sumergen en una miserable vida cotidiana de opresión y miedo, mientras aumentan los matrimonios infantiles en familias que, en medio de la pobreza, no ven futuro ni esperanza para sus hijas. Un reciente estudio de ONU Mujeres revela que la opresión que están sufriendo las mujeres y niñas afganas desde agosto de 2021 no tiene parangón. Agrega que la privación de los derechos de la mujer tiene repercusiones devastadoras de consecuencias intergeneracionales y un aumento del riesgo de mortalidad materna en al menos un 50%. Subraya además la grave situación sanitaria que padecen las mujeres afganas, que solo pueden ser atendidas por personal femenino. La escasez de médicas y de insumos sanitarios ha empeorado significativamente esta realidad, resultando en un elevado número de muertes que podrían haberse evitado con la atención temprana.

En ese mismo sentido, en la reunión del Consejo de Seguridad del pasado 21 de junio, representantes de las Naciones Unidas y una vocera de la sociedad civil afgana subrayaron los graves impactos de las políticas de los talibanes y sus alarmantes efectos en las mujeres, capital humano esencial. Señalaron además cómo estas políticas han llevado a una degradación de la economía, arrojando pérdidas estimadas en mil millones de dólares, agravando así aún más la crisis humanitaria en el país.

En medio de tan sombrío panorama, surge la aceptación de los talibanes para participar por primera vez en una conferencia sobre Afganistán organizada por las Naciones Unidas en Doha, Qatar. Esta reunión de dos días, que comenzó ayer, 30 de junio, es la tercera bajo este formato que busca reunir a los representantes y enviados especiales para Afganistán de varios países y otras partes interesadas. Vale recordar que el gobierno establecido por los talibanes, tras la toma de Kabul por parte del grupo, sigue sin contar con el reconocimiento de las Naciones Unidas.

La participación de los talibanes en la conferencia ha sido recibida con protestas por parte de mujeres en Afganistán, quienes han expresado su descontento por no haber sido invitadas. Mientras tanto, la ONU reitera que los enviados presentes se reunirán también con representantes de derechos humanos y derechos de las mujeres, y que es crucial interactuar con los talibanes para poder tratar estos importantes temas.

Queda por ver si la reunión tendrá repercusiones en la evolución de la difícil situación del país. Sin embargo, el desafiante tono del principal portavoz de los talibanes, quien en la apertura de la reunión insistió en que sus “valores religiosos y culturales” deben ser respetados y que los diplomáticos deben buscar maneras de cooperación a pesar de las “naturales diferencias políticas,” sugiere que será difícil impulsar un cambio de políticas. Lo que sí queda claro es que las mujeres afganas necesitan hoy más que nunca el continuo apoyo de la comunidad internacional, que debe mantenerse firme en sus exigencias, haciendo eco al grito de protesta de las mujeres afganas que persisten en la lucha por sus derechos.

Equipo Periodistico
Equipo Periodistico
Equipo de Periodistas del Diario El Independiente. Expertos en Historias urbanas. Yeruti Salcedo, John Walter Ferrari, Víctor Ortiz.

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