No debería ser normal que en tiempos de campaña proselitista se den hechos cómo lo más reciente en Brasil donde un político, Roberto Jefferson, aliado de Bolsonaro ataca a policías con rifle y granadas, hiriendo a dos, y no fue necesariamente en un evento de campaña política sino fue fue mientras se negaba a rendirse tras violar los términos de su arresto domiciliario.
El político brasileño atacó a agentes de la policía federal que intentaban arrestarlo en su casa, lo que provocó un asedio de una hora.
Un acontecimiento llamativo a días de las presidenciales brasileñas previstas para el 30 de octubre. El exdiputado se resistió al arresto y disparó un rifle y arrojó 3 granadas, hiriendo a 2 agentes, a pesar de que tenía prohibido portar armas.
Desconocedor de la ley
El ex parlamentario se encontraba cumpliendo una pena en su domicilio por corrupción, ahora ya se encuentra en una prisión de Río de Janeiro.
Puede tomarse cómo inspiración para guionistas de películas de acción por el ruido y lamentables imágenes producidas por un ciudadano contra las fuerzas de seguridad.
El domingo pasado, la Policía Federal fue a cumplir con la orden de arresto y fue atacado por Roberto Jefferson, dos agentes resultaron heridos.La PF tomó represalias tras el ataque, pero no invadió la casa del exdiputado como declara Jefferson.
No importa el pasado, entorno, condición social, religiosa o política que reúna o acompañe a una persona donde sea en el mundo para que esta decida reaccionar así contra las normas que al haber sido parlamentario se supone que ya deben tener registradas en su mente y promoverlas entre los ciudadanos que al ser testimonios de lo ocurrido en el caso de Jefferson.
Pueden repetirse con toda libertad esta grosera reacción desatando de esta forma desagradables y descontrolados sucesos cómo lo más reciente en el vecino país donde la ciudadanía tiene el deber de seleccionar quién tendría el honor de dirigir las riendas de un complejo país.
Brasil violento
Donde el tráfico de armas, drogas y todo lo malo para el ser humano ya es habitual por lo que demandaría una actitud dura y determinada a sino eliminar de por sí el movimiento de estupefacientes o instrumentos de guerra cómo el usado por Jefferson para responder la visita de la policía federal.
La policía solo pretendía hacer su trabajo normal de vigilar el comportamiento del ex parlamentario, conducta que fue vista y escuchada por la policía y los transeúntes cerca del espacio de la escena de acción. Que de esta forma a su vez además de despertarles el miedo y la falta de respeto hacia las “autoridades” políticas de un país convulsionado en lo electoral.
Muchos como Jefferson se encuentran trabajando por volver o llegar a ser parlamentarios para gobernar junto al presidente, ciudadanos y ministros el “pequeño” Brasil de donde también se desarrollan casos de gran magnitud cómo lo más reciente en el vecindario sudamericano donde se debe volver al control mental antes que esta lo pierda y llegue a tomar decisiones equivocadas cómo la que fue la realizada por el aliado de Bolsonaro y que tendrá impacto en lo electoral sin ninguna duda.
