La confiscación de armas de fuego en el estado de Nueva York, donde su porte público estaba prohibido hasta hace poco, ha aumentado en un 45% en lo que va del año, incluyendo rifles de asalto y las llamadas “pistolas fantasmas”, informó este jueves la gobernadora Kathy Hochul.
Las distintas policías y agencias de seguridad (estatales o locales) han incautado en conjunto de 3.166 armas, un aumento del 45 % en comparación con el mismo periodo del año pasado.
El presupuesto estatal de este año incluye 227 millones de dólares para financiar iniciativas para fortalecer los esfuerzos de prevención de la violencia armada de las agencias del orden y organizaciones comunitarias.
Aunque en Nueva York el porte de armas en público estuvo prohibido durante décadas, el pasado junio el Tribunal Supremo federal anuló esa prohibición y convirtió el porte en algo legal, aunque eso no ha tenido efectos aparentes o visibles en la ciudad.