Las declaraciones del diputado cartista sobre la propiedad del banco Amambay refuerzan las sospechas de que Horacio Cartes usó a su hermana Sarah como prestanombres y que la entidad se capitalizó vía un crédito, violando lo que dispone la ley de bancos.
Las declaraciones que hizo el presidente de la ANR, Pedro Alliana sobre la propiedad del banco Amambay llaman poderosamente la atención pues, en los papeles, Sarah Cartes, la hermana de Horacio Cartes es la que aparece como accionista con el 91% del total de las acciones y, por ende, es la dueña de la entidad financiera.
Sin embargo, al indicar el diputado cartista que el expresidente es el propietario de la entidad, se refuerza la versión que semanas atrás había denunciado el ex ministro del Interior Arnaldo Giuzzio de que, en realidad, la presencia de Sarah es apenas una pantalla para esquivar controles antilavado de dinero.
En esa denuncia que se presentó a la Secretaría de Prevención contra el Lavado de Dinero (Seprelad) se indicaba que Horacio había prestado en concepto de crédito un volumen de dinero por valor de G. 330.000 millones, monto que es exactamente equivalente al valor total de las acciones de Sarah.
Si el Ministerio Público y Seprelad hicieran su trabajo de cruzamiento de datos y esto es así como se ha denunciado, también la hermana del ex mandatario estaría incurriendo en un delito, porque para ser accionista de una entidad financiera la ley de bancos indica que los fondos deben ser propios y no producto de un préstamo.
Al consultar a expertos en el sector financiero sobre este tema, señalaron a este medio que la normativa prohíbe capitalizar una entidad financiera a través de un crédito. Indicaron que, si Horacio efectivamente le prestó dinero a Sarah para ser la accionista mayoritaria, se cometió una ilegalidad. Hasta el 10% del valor total de las acciones hay controles no tan rigurosos, pero cuando se supera ese porcentaje se investiga a profundidad el origen de los recursos y en este caso, Sarah aparece con el 91% del total de las acciones.
También señalaron que el Banco Central del Paraguay (BCP) a través de la Superintendencia de Bancos nunca debió permitir que ocurra un hecho como el que se está denunciado y que, en caso de que se demuestre que se capitalizó a través de un préstamo, la entidad debería ser intervenida.
Como ejemplo, estos agentes del mercado bancario señalaron que en el proceso de fusión por absorción que se hizo entre el BBVA y el banco GNB se hicieron estrictos controles sobre el origen del dinero para aprobar la operación de compra. Se tienen que tomar medidas porque si esto ocurre, sienta un precedente muy grave para el sistema, indicaron las fuentes que dialogaron con El Independiente.