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Debilidad del gobierno genera temprana disputa por el 2023

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Por Iván Rojas, 
@rojasvega015

Las muestras de fragilidad de la estructura ya comenzaron desde mucho antes, cuando a mediados del 2019 se generó todo un revuelo por las cuestiones referentes al tratado de Itaipú, momento en que inclusive se habló de la posibilidad de un juicio político. 

Analistas políticos coincidieron que esta falta de liderazgo generaron una “campaña política anticipada”, ya con miras al 2023.

Paraguayo Cubas y Efraín Alegre son dos actores políticos que nunca ocultaron sus ganas de llegar a la presidencia de la República y que desde la oposición se encuentran generando un relato político que claramente busca apuntalar un camino electoral. 

Por su parte, el mismo vicepresidente de la República Hugo Velázquez, salió al paso cuestionando el funcionamiento de la Administración Nacional de Electricidad (ANDE), acto que podría fácilmente interpretarse como un indicio de manifestación hacia la presidencia, ya sea por la vía electoral, u otro medio.

Inclusive, dentro de la ANR, Enrique Riera abandonó el movimiento Honor Colorado (HC) para liderar su propia facción electoral interna, afirmando que necesita “libertad” para articular sus propias ideas en la política criolla del país. 

Con todo esto, la mesa está servida y el tablero de ajedrez se empieza agitar y surge una pregunta en el análisis coyuntural cuando todavía faltan más de tres años para las elecciones: ¿Por qué la puja comienza tan temprano? 

PÉRDIDA DE PODER

“Nuestro presidente dejó de tener poder efectivo y simbólico, no se lo siente al mando ni como alguien que tiene alguna rienda con alguna cuota de poder. El presidente de hecho no tiene un poder absoluto, en la República el poder se divide, hay países que son hiperpresidencialistas inclusive, pero no obsta que otros actores lo disputen y nuestro presidente hace mucho envía señales muy claras de debilidad”, destacó el analista político Jorge Rolón Luna. 

Opinó que, si se le tuviera que poner un punto de inicio a estas señales de debilidad del gobierno, sería el tema del acta bilateral en el 2019, ya que a partir de ahí vino una decadencia permanente en la popularidad del gobierno y en la capacidad del presidente para gobernar. Todo esto, según Rolón, habría impulsado a muchas personas a pensar en una candidatura ante las pocas chances que hay de que el oficialismo pueda presentar un candidato fuerte. 

Al no haber un “buque insignia” del gobierno, ni grandes temas que ocupen con pasión al debate político, se genera un espacio en el que se van armando equipos para pensar ya en las próximas elecciones, es decir, el vació de discusión de temas importantes se sumó al poder menguado que ejerce el presidente y armó esta coyuntura política. 

Por otra parte, Rolón Luna hizo referencia a las desacertadas actuaciones que han tenido muchos altos funcionarios del gobierno sin ser removidos y ni siquiera amonestados por el presidente, poniendo como ejemplo el caso de la Fuerza de Tareas Conjuntas (FTC), que incluso desembocó un problema diplomático tras la muerte de dos niñas de nacionalidad argentina y las declaraciones posteriores con total irresponsabilidad por parte del jefe de esta agrupación. 

OPORTUNIDAD PERDIDA  

En la consideración de Rolón Luna, la pandemia pudo haber sido una “oportunidad” del gobierno para poder ejercer un fuerte liderazgo desde varios ámbitos de discusión para volver a ganar el terreno que había perdido desde su asunción, pero tampoco se hizo de esta manera y por el contrario, las malas actuaciones en carteras claves como Salud, Educación y Trabajo, evidenciaron la falta de capacidad de gestión administrativa y de manejo estatal de los funcionarios de este gobierno. 

Recordó que el titular de Salud, Julio Mazzoleni, intentó deslindar su responsabilidad administrativa al frente del Ministerio, para limitarse a cuestiones meramente técnicas lo cual fue un error grave. 

Desde un primer momento el funcionario fue muy frágil ante los hechos de corrupción y los recientes resultados de sumarios son un ejemplo de eso, e incluso ante esto ni Mazzoleni ni Abdo Benítez tomaron cartas en el asunto de manera activa. 

Para el analista, el ministro bajo ningún concepto puede deslindar este tipo de responsabilidades, es el responsable directo de evitar que ocurran irregularidades y de aplicar sanciones ante hechos de corrupción, especialmente en un momento tan delicado como el que se vive.

REELECCIÓN 

El político e historiador liberal Eduardo Nakyama, coincidió en el análisis, al decir que la debilidad que ha mostrado el gobierno es lo que generó esta temprana incursión con miras hacia el 2023, y agregó la impresión generalizada de que, a diferencia de los anteriores mandatarios, el actual presidente no tendría intenciones de buscar la reelección, y tampoco tiene la capacidad de articular una candidatura oficialista que sea lo suficientemente fuerte como para tener aspiraciones reales, y eso también sumó para esta gran polarización existente. 

“Mario Abdo ya se encuentra en la segunda mitad de su periodo, y al no tener aparentes aspiraciones políticas de ningún tipo, es muy probable que, suponiendo que termine su mandato, se retire a vivir al exterior o se aleje de la política. El no tiene la fuerza, y ahora con el tema de la pandemia perdió credibilidad. A nivel regional Paraguay tiene niveles razonables de contagios, pero eso no fue gracias al gobierno, sino a la resiliencia del pueblo paraguayo que una vez más tuvo que apechugar esta cuarentena que sigue golpeando fuertemente la economía”, dijo. 

Recordó que al inicio de la pandemia se alabó a nivel internacional el resultado del modelo paraguayo, y esto surgía como una oportunidad para el gobierno para hacer frente a la situación, pero rápidamente se empezaron a notar las falencias, ya que no se controló la cuestión de preparación sanitaria y el equipamiento de los hospitales fue un fracaso que dejó muy mal parado al gobierno, la curva de contagios y los muertos comenzaron a llegar después. 

RICHER 

Por su parte, el senador Hugo Richer (PFG), consideró que la “campaña permanente” es normal en el país, pero que se debe tener en cuenta que en este momento están ocurriendo cosas muy complejas que podrían incidir en las cuestiones electorales tanto del 2021 (municipales) como del 2023 (generales). 

Agregó que se evidencia una corriente autoritaria en la que se conjugan sectores políticos y económicos, que podrían cambiar el rumbo para las presidenciales, y puso como ejemplo que la suspensión de Celeste Amarilla no debe ser tomada como una mera anécdota. 

Según Richer, esta corriente autoritaria y de soberbia con la que está encarando el oficialismo, debería generar una suerte de “autocrítica” entre los actores opositores para generar un consenso que les permita hacer un frente real para llegar al poder. 

“Veo con mucha preocupación esta larga transición de la democracia, pero ahora se está jugando ese partido. Si la oposición tiene conciencia de este problema, excluyendo a Patria Querida que no forma parte de la oposición, vamos a ir todos juntos a las municipales para salvar a la democracia en el Paraguay. Por otro lado,  están los grandes grupos, las mafias y el narcotráfico abroquelados en el poder”, afirmó. 

Equipo Periodistico
Equipo Periodistico
Equipo de Periodistas del Diario El Independiente. Expertos en Historias urbanas. Yeruti Salcedo, John Walter Ferrari, Víctor Ortiz.