Los países de una América desunida se encuentran en Los Ángeles con los Estados Unidos como anfitrión. Parece el inicio de un guión que no puede salir bien desde el inicio.
Ni los proyectos de los países desde México para abajo están dominados por una agenda común ni los anfitriones tienen en su cabeza algo que cambie radicalmente esta ecuación orientada hacia el fracaso. Aquí los temas de agenda local están dominados por elementos divisivos desde aquellos de tinte social como el aborto hasta la cuestiones de una economía que no logra asentarse luego de una pandemia que llevó a la muerte a un millón de norteamericanos.
Aquí la polarización lo que en Argentina le llaman la brecha, está dominando el debate nacional desde los tiempos de Trump. Tienen variables económicas en un país donde uno de los hombres mas ricos Zuckerberg se dedica al manejo de redes sociales cuyos datos son utilizados por múltiples propósitos desde los políticos hasta los comerciales pero sin una utilización masiva de mano de obra como en los tiempos de la revolución industrial o la post guerra mundial de mediados del siglo pasado que hicieron rico a muchos entre ellos a los EE.UU. Hoy el modelo cambió pero la gente: no.
Entre los temas del petróleo de Venezuela un recurso estratégico en tiempos de guerra en Europa hasta las cuestiones de migración y los de la democracia o el autoritarismo hacen que la cumbre de las Américas que se inicia hoy en California no parece hacer avanzar mucho ni la agenda y menos las prioridades.
América Latina tiene un viraje político hacia la izquierda de manera clara desde hace unos años. Colombia puede ser dentro de dos semanas otro ejemplo aunque pronostican un final apretado para los dos contendientes que quedaron luego de la primera vuelta. Pero si sumamos: Perú, Argentina, Chile, México, Bolivia y quizás Colombia y un poco mas tarde: Brasil veremos con claridad que el giro es bastante mayoritario hacia la izquierda.
No incluyo los no invitados de Nicaragua, Cuba y Venezuela cuya deriva autoritaria de corte izquierdista es usada con frecuencia por los críticos de la derecha con el apelativo de comunistas que se aplicaba en los tiempos de la guerra fría.
Biden y su administración han propuesto relanzar la democracia pero no le han puesto ni recursos ni ganas a un proyecto ambicioso que reconoce por primera vez la crítica situación en el mundo de un valor occidental como la democracia que hoy está puesto en entredicho incluso en países de larga tradición en ese campo.
Una democracia de desigualdades como la que se da en América Latina es un espacio abierto para fascistas, contrabandistas y autoritarios. El descontento de la gente alienta cualquier tipo de estas soluciones que aun mas dramáticas acaban siendo una forma de castigo hacia un sistema que no responde a los intereses de la gente. La cumbre no ha mostrado en su preparación que se avance mucho en estos temas y la sensación es que la misma se realiza en un marco de confrontación global en otro sitio dejando que los temas del continente sean relegados a lugares marginales.
Paraguay está presente con un devaluado presidente Abdo que no ha tenido éxito ni en su agenda regional y parece muy distante que lo pueda hacer dentro de un ámbito mayor. Nuestro país carece de agenda en este tipo de encuentros y va de remolque a cualquiera que plantea alto atractivo pero de cumplimiento imposible. Escucharemos muchas quejas con cierto tono de cinismo en la cumbre de presidentes que se quejan del trato vejatorio a sus migrantes pero sin asumir las razones por las que millones de latinoamericanos deban arriesgar sus vidas intentando llegar a un duro EEUU muy lejos del sueño real verdadero.
Lo mismo conocido
Será casi con seguridad una cumbre mas. En una semana de cobertura aquí en este inmenso país se puede notar el descontento de la gente con el sistema. Muchas ofertas de trabajo como en el modelo antes de la pandemia se rechazan por los bajos salarios ofrecidos que no alcanzan para sufragar “el sueño americano” para nadie. La inflación devora los escuálidos ingresos de una clase media-abajo que resiste como puede mientras el discurso polarizante se torna atractivo, sugerente y adictivo.
Los países lideres de la región como México, Brasil o Argentina o van con una idea particular y con urgencias locales que vuelven casi imposible coordinar una agenda regional que sea percibida como el éxito de la Cumbre de las Américas en California. Incluso en la ciudad anfitriona donde viven casi 5 millones de mexicanos están proponiendo algunos el Calexit al igual que aquel que alejó a los británicos del ambicioso proyecto de integración europeo. Los malestares están en todas partes incluso en la ciudad y Estado anfitriones.
No son tiempos de globalización y de agenda en esa dirección. Estas cumbres borrascosas solo marcan un momento en la historia de nuestros pueblos pero están muy lejos de aportar novedades innovadoras a una realidad vieja predecible, crítica y sin ideas. La de hoy tiene todo para acabar en lo conocido: el fracaso.