La comunidad de afrodescendientes “Kambá Kuá” nació en 1820 con la llegada del prócer uruguayo José Gervasio Artigas, quien en su intento por conformar una gran confederación de estados soberanos en América del Sur, lideró lo que se conoció como la Liga de los Pueblos Libres que agrupaba a las provincias de: Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, Santa Fe, las Misiones y la Banda Oriental (Uruguay).
Según relató uno de los miembros de “Kambá Kuá”, César Chávez, y haciendo un recorrido por la historia, aquel ideal que se pretendía no coincidía con las ideas del entonces dictador Supremo de la República, el doctor José Gaspar Rodríguez de Francia.
En 1816, los portugueses del Brasil invadieron la Banda Oriental e iniciaron una guerra contra las fuerzas de Artigas. En 1817 Montevideo cae en manos portuguesas y en 1820 se da la derrota definitiva de los artiguistas. Con esta situación, Artigas, sus fuerzas y el pueblo que lo seguía, debieron abandonar las tierras orientales.
Mientras tanto, los caudillos federales de Entre Ríos y Santa Fe salieron victoriosos en la Batalla de Cepeda contra los unitarios porteñistas. Tras esto, firman lo que se conoce como el Tratado del Pilar con Buenos Aires, lo que para Artigas significó una traición y se encaminó a una guerra contra estos, sus antiguos compañeros.
Artigas fue derrotado y con él cayó la Liga de los Pueblos Libres. El mismo parte al exilio y lo solicita al doctor Francia quien lo acepta. Ingresó al Paraguay por el puerto de Itapúa el 5 de septiembre de 1820 y con él sus antiguos amigos, oficiales y parte de su pueblo, los afrodescendientes lanceros y lanceras que mantenían presente el ideario de un Estado conformado por indígenas, campesinos, gauchos, españoles y mestizos.
Hoy en día, la comunidad lleva 201 años de existencia en el Paraguay con variadas costumbres. Según Guido Medina, también miembro de “Kamba Kuá”, el nombre de la colectividad tiene como significado “agujeros de negros o cuevas de negros”, “La palabra Kambá proviene de Kenia y parte de Angola, que es una etnia de estos países. Existen estudios que demuestran que provenimos de esas regiones”, aseguró.
LAS COSTUMBRES
El mismo contó que tienen por costumbre venerar al santo patrono, el rey mago Baltazar cada 6 de enero, con ritmos y bailes de tambores, realizan una serie de actividades religiosas, un festival cultural denominado Fiesta Kamba Lazaro Vive y así también elaboran su comida tradicional, llamada Kichima.
Igualmente, Chavéz afirmó que no son solamente eso sino que también son pensamiento e historia. “A pesar del tiempo y de la falta de políticas que nos identifiquen y nos protejan, nos mantuvimos de pie resistiendo, nuestros abuelos y abuelas son y serán importantes siempre para mantener viva nuestra identidad e historia”, aseveró.
Medina expresó que mantienen viva su cultura a través de las danzas y ritmos del ballet de Kamba Kua y transmitiendo de manera oral la historia a los niños de generación a generación. “Los afrodescendientes existieron en Paraguay desde la colonia, son varias las comunidades en diferentes ciudades: Luque, Paraguarí, Emboscada y también existieron en Areguá y Guarambaré. Para mí tiene un significado de diversidad, de un Paraguay diverso. Somos un país conformado por varias formas e historias de vida, no solo de españoles y mestizos”, manifestó César.
Por su parte, Medina expresó que ellos forman parte de la historia del Paraguay, que contribuyen a la diversidad de las personas y a la cultura y que sus antepasados realizaron aportes en la música, la danza y en las tradiciones que siguen vigentes. “Es importante que Paraguay primeramente reconozca a su población de afrodescendientes”, señaló.
Chávez resaltó la importancia de preservar la cultura debido a que muchas comunidades podrían desaparecer, no solo las afrodescendientes, sino también las indígenas. “Es fundamental que existan políticas públicas que garanticen la conservación de nuestra historia y costumbres porque conformamos y fuimos parte de la creación de la República. La historia afrodescendiente está en las hojas de la historia del Paraguay, como en la Guerra contra la Triple Alianza”, recalcó.
DISCRIMINACIÓN Y RACISMO
Medina remarcó que, hasta ahora, el Estado aún no ha reconocido a los paraguayos de origen africano y que este hecho lo ven como discriminatorio, debido a que no los están considerando como una minoría étnica que forma parte de la población paraguaya.
“Existe discriminación cuando ocultan nuestra historia, cuando no aparecemos en los libros de las escuelas, cuando en la Constitución misma no hay una palabra que nos identifique, sabemos que esto es difícil. Pero entendemos que, si no aparecemos en los documentos oficiales, en la segmentación de la población, no existimos. Por eso es importante para nosotros el censo, la discusión y formación de la afrodescendencia en Paraguay, somos parte de la República desde su formación.”, explicó Chávez.
Guido mencionó que hace dos años presentaron un proyecto de ley que reconozca a la población afrodescendientes del Paraguay, como una minoría étnica, y en uno de los artículos habla de la sanción administrativa que existiría en caso de sufrir discriminación si llega a ser aprobada la ley. “No existe alguna ley o lugar donde acudir si se sufre algún acto de discriminación”, lamentó.
Finalmente, ambos afirmaron que les genera orgullo su identidad y que las puertas están abiertas a cualquiera que desee conocer y ser parte de su historia. “Pueden acercarse, para nosotros es importante crear vínculos que ayuden a fortalecer y visibilizar a nuestra comunidad. La difusión de nuestras actividades es algo esencial para la visibilización de la cultura afroparaguaya”, concluyó César.
UNA MIRADA A LA HISTORIA
La historiadora Noelia Quintana afirmó que la esclavitud en Paraguay fue doméstica y según las documentaciones, durante el Gobierno del Dr. Francia, si es que el esclavo era maltratado podía denunciar abusos ante el Tribunal de Alzada y se realizaba un cambio de casa donde continuaba con su servicio.
Contó que los trabajos de los esclavos eran múltiples dependiendo de su edad, sexo, lugar de residencia y quehaceres domésticos, como: trabajos de cultivo, cuidados de chacra, matar reces, custodiar las guardias de los presidios y también las fronteras territoriales. “No eran apartados o recluidos como en el Brasil, tenían una integración, pero siempre dependían siempre del amo, residían en ranchos cerca de las casas de sus amos”, explicó.
SU PARTICIPACIÓN CONTRA LA TRIPLE ALIANZA
El historiador Ignacio Telesca, aseveró que durante la Guerra contra la Triple Alianza se formó un batallón denominado “Nambi’i” que estaba conformada por afrodescendientes. “Al principio los esclavizados no iban a la guerra, hasta que se vio que necesitaban más personas, ahí el Gobierno intimó a los amos para que diesen a las personas esclavizadas para que fuesen a la guerra e incluso iban a pagar por ello, pero finalmente nadie reclamó nada al respecto. A partir de ahí fueron masivamente, participaron activamente, uno de los más conocidos fue Cándido Silva, renombrado “trompa de Curupayty” quien fue un personaje muy importante que sobrevivió a la guerra y al siglo”, contó.