La Sociedad Paraguaya de Dermatología (SOPARDER) manifiesta que en los últimos años han aumentado las consultas debido a consecuencias en la salud y apariencia de piel, pelo y uñas, ante tratamientos realizados por profesionales que no poseen formación en dermatología.
En primer lugar, es importante resaltar que toda manipulación de jeringas, uso de anestésicos inyectables, inyección de sustancias o empleo de fuentes de luz que lastimen o erosionen la piel, es considerado un tratamiento médico. Por lo tanto, cualquier procedimiento orientado a la salud y apariencia de piel, pelo y uñas debe ser realizado especialmente por dermatólogos.
Es más, aún tratamientos con fuentes de luz que no lastiman la superficie de la piel, como depilación láser, luz pulsada intensa, radiofrecuencias fraccionadas o convencionales, así como ultrasonidos focalizados, deben ser aplicados con supervisión médica en todo momento.
Según la dermatóloga Liliana Ramos, actualmente abundan casos como peluquerías, spas o consultorios odontológicos que ofrecen tratamientos sin estar capacitados ni habilitados por el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social.
“Las personas que buscan mejorar su apariencia a menudo se exponen a riesgos muy altos y las consecuencias las vemos los dermatólogos con frecuencia: nuestros pacientes quedan con secuelas muchas veces de por vida”, enfatizó la especialista.
Por ende, agregó que la única garantía es consultar regularmente con profesionales cuya capacitación esté avalada.
“Acudir a profesionales que carecen de la competencia y habilitación para intentar mejorar nuestro aspecto o alguna condición de la piel resulta ser en realidad mucho más caro y riesgoso de lo que imaginamos. Por eso insistimos en que solamente los dermatólogos pueden velar por la salud de la piel, pelo y uñas”, concluyó Ramos.