Siendo la empresa referente dentro de la comunicación por línea baja, la Compañía Paraguaya de Comunicaciones S.A., logró posicionarse a partir del periodo 2008 en términos de acceso al Internet y facilidades con la telefonía Vox. Sin embargo, con una tendencia de usuarios que iba por el 15,3% en el 2015, ahora la empresa decayó considerablemente con solo el 4,2% de usuarios conectados a la línea baja hasta el 2021; esto de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística (INE).
“Estas son empresas que se tenían que haber vendido hace tiempo, pues poseen activos que perdieron valor a través del tiempo porque no nos animamos a privatizarlos”, destacó el exministro de Hacienda, Manuel Ferreira, resaltando que con esta realidad, la empresa representa una constante pérdida para el Estado.
Manuel Ferreira
De este modo, subrayó que se deben cerrar las operaciones de las empresas como Copaco porque el costo es más elevado a medida que va pasando el tiempo. Por ello, si sigue ingresando más gente, en lugar de cortar con las pérdidas ya ocasionadas, el impacto en el incremento de las pérdidas de Copaco se irá acrecentando, en lugar de paliar ese aspecto negativo.
“Hay que trabajar sobre la parte de los activos, con lo que es valioso todavía y aún más en la sobrepoblación de personal, haciendo frente a los compromisos; esto teniendo en cuenta que Copaco estaba alrededor de 9.000 funcionarios aproximadamente”, expuso.
Así también, puntualizó la importancia de invertir en programas de jubilación voluntaria, tratando así de erradicar el problema en la medida de lo posible, con el objetivo de ir avanzando para que la empresa pierda lo menos posible y deje de representar una gran pérdida al erario público, pues a decir de Ferreira, si Copaco pierde dinero, ese dinero lo pone la población a final de cuentas.
“La empresa no tiene mucha deuda pero sí las va generando por ingresos bajos y costos altos vinculados a la cantidad de personal que tiene. Esto hace que al final te vaya comiendo el patrimonio de la empresa”, remató.
En conclusión, señaló que lo que vale en este tipo de empresas es la cantidad de clientes que tienen, los cuales deben determinarse para luego saber el número de sus redes armadas. El exministro aseguró que para ello se debe hacer un estudio con una empresa especializada que pueda encarar ese trabajo de manera profesional y el Estado se debe hacer cargo de los costos.
APROVECHAR LOS RECURSOS
“El negocio de la línea baja es un negocio que está en declive en todo el mundo y lo estaba desde el 2008. En ese entonces comenzó a expandirse y a través de cifras competitivas, hizo que las demás empresas bajen sus tarifas”, contó Ricardo Canese, ingeniero industrial y parlamentario del Mercosur, mostrando los beneficios iniciales de la compañía.
Ricardo Canese
Así, prosiguió contando que luego del juicio político del 2012 inició el proceso de privilegios a los oligopolios privados como lo son Tigo, Personal y Claro, estos dos últimos en una menor medida. Catalogándolo como “la historia de un robo”, Canese indicó que Copaco contaba con todas las posibilidades para figurar como una empresa que ofrecía buen servicio de internet, telefonía de la mano de la accesibilidad, pero al cercenarle su posibilidad de libre competencia, su potencialidad de esfumó.
“El Estado tiene un mercado con mucha tendencia a la oligopolización y sin una intervención fuerte, ocurre que el monopolio privado genere nefastas consecuencias como las que observamos actualmente”, aseguró el ingeniero. En este sentido, articuló que en las áreas rurales o sectores con bajo acceso la contribución que podría generar Copaco con sus servicios sería bastante amplia, si el Estado supiera cómo invertir los recursos de su empresa para aprovecharla.
Haciendo hincapié en que la mejora de la institución depende de la voluntad política para repuntar el uso del internet y la telefonía ofrecida, Canese aseveró que el resurgimiento de Copaco podrá observarse con los beneficios a los sectores más vulnerables y necesitados del país, a través de su aporte con mayor competitividad y accesibilidad.