Si, la Cámara de Senadores y la Cámara de Diputados votaron a favor de un proyecto de ley que ahora está en manos del Ejecutivo para reglamentar o vetar. Esta ley permite que los jóvenes se puedan candidatar para concejales de la Junta Municipal desde los 20 años y para Intendente desde los 22 años.
Este último miércoles la discusión sobre le proyecto fue candente, un solo Diputado se opuso y votó en contra de dicho proyecto; “Me preocupa quienes puedan estar detrás de pagar las campañas de gente que con 22 años que con mucha suerte está ganando un poco más de sueldo mínimo. Me da la sensación de que están queriendo una ley para crear más títeres como Santi Peña”, exclamó el Diputado Hugo Ramírez mientras desde todas las bancadas incluyendo la suya los discursos alababan la posibilidad de generar este nivel de participación con la ciudadanía.
“Yo no puedo dar nombres de que políticos están generando una ley que le ayude a sus hijos y parientes más jóvenes para mantener una especie de monarquía en pleno período de democracia. Eso se va ir viendo con el tiempo, lo realmente importante y sin menospreciar las habilidades de un adolescente o las capacidades de algunos jóvenes que ya tienen la cosa muy clara antes de terminar la secundaria es: ¿quién va a financiar esas campañas? ¿De dónde va a salir ese dinero?”
Los que están a favor en la oposición creen que desde redes van a volcar las cosas, y eso no es así. Una cosa es el trabajo en imagen y visibilidad positiva o negativa, y otra muy distinta es tener capacidad de movilizar con estructura o con un mensaje fuerza. Nadie discute la necesidad de que personas más jóvenes se involucren en política, de hecho, es necesario, sería un sueño hecho realidad encontrar en aulas de colegios de último año de la secundaria a grupos de jóvenes discutiendo sobre cuestiones de políticas públicas como la renegociación del tratado de Itaipú o haciendo comunicados desde los centros de estudiantes donde se expresan ante ciertas actitudes del Poder Legislativo o Ejecutivo.
Pero la realidad es otra, tenemos una generación que lee poco, que pasa horas entre consolas de video juegos y tik tok, ¿Qué conocimiento de administración pública pueden aportar? Por algo este país no se caracteriza precisamente por la alta oferta de jóvenes haciendo voluntariado en distintas áreas y desde distintas organizaciones. Y no es que no existan adolescentes y jóvenes brillantes que podrían dar clases de gestión y honestidad a muchos que hace 20 o 25 años están ocupando una banca en la Junta Municipal o en el Congreso Nacional, pero son los menos.
La realidad más cercana es lo que expone Hugo Ramírez, planteando que por una parte se da la posibilidad de que familias pasen el poder de una generación a otra antes que estos terminen siquiera la universidad y otro de los escenarios es el de grupo político corporativo auspiciando imágenes nuevas y frescas que no tengan independencia alguna.
“Les van a usar a los jóvenes para mantener el estatus de algunos movimientos que no son políticos, son movimientos mercantilistas. Tienen una visión empresarial de lo público y eso a la ciudadanía le va a afectar” concluyó el legislador.
¿Concejal a los 20 e Intendente a los 22?
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