En estos dos años y medio de Gobierno colorado encabezado por Mario Abdo Benítez hemos aprendido una aterradora lección: que cada problema que padecemos siempre puede empeorar en manos de los colorados. Viene superando niveles de decepción que parecían imposibles de alcanzar, pero ahí están esforzándose cada día por jodernos más y más.
Un ejemplo que nos golpeó estos días fue como esquilmaron la Ley de Arancel Cero con una reglamentación inconstitucional, excluyente y que discrimina. Arrasaron con la conquista estudiantil cercenando derechos y garantizando que la educación pública universitaria siga siendo elitista y de casi imposible acceso para las familias pobres.
Respecto a Itaipú y nuestra histórica desventaja, en vez de tratar de mejorar la situación cerraron un acuerdo aún más desventajoso para nuestro país. En otra negociación internacional, en vez de gestionar la manera de saldar la millonaria deuda que tenemos con Pdvsa de Venezuela estaban buscando concretar un acuerdo con el gobierno imaginario de Juan Guaidó, que incluía un pago multimillonario a un abogado cercano al Presidente. De mal a peor sus negociaciones, lejos de defender nuestros intereses, siempre entregando nuestros recursos.
La inauguración hace unos años de la Autopista Ñu Guasu dejó en evidencia que a nadie le importaba los peatones, jamás previeron pasos peatonales suficientes. Pues parecía que por fin se iba rever la situación y la gente les iba importar. Se licitó la construcción de una pasarela frente al Comité Olímpico pero que ni remotamente vino a mejorar la situación sino que demostró que en plena pandemia, sin importarles la crisis económica que sufrimos, siguen con sus negociados con sus amigos empresarios. Se trata de un puente peatonal carísimo, poco amigable y con un diseño poco agraciado.
El subsidio Pytyvo, que consiste en tratar de evitar que la gente sin ingresos pase hambre, ya estable en su reglamentación los beneficiaros paguen impuestos por ello, al inscribirles automáticamente como contribuyentes.
Es evidente que con los colorados en el poder siempre puede ser peor y nunca mejorará nuestra calidad de vida y acceso a derechos.
Es hora de que el pueblo desbloque un nivel más de indignación y desarrollemos la fuerza suficiente para deshacernos de tanto infortunio.