Ante inquietudes o una leve sensación de intranquilidad, la ansiedad puede hacerse presente en los días de muchas personas, pero, ¿puede hablarse de una cura ante el mencionado sentimiento?
Una leve perturbación nubla tus pensamientos y la incertidumbre por lo que puede o no pasar no se hace esperar, siendo esta acompañada por leves palpitaciones que desencadena repetidos temblores, sudoración y un temor inexplicable.
¿Te suenan estas características? De acuerdo a la página web Medlineplus, del Instituto Nacional de Salud (NIH) de EE.UU, corresponden a un ataque de ansiedad, el cual aparece cuando alguien se debe enfrentar a un problema difícil en el trabajo, antes de tomar un examen o antes de elegir una decisión importante.
Según la institución mencionada, si bien la ansiedad puede ayudar a enfrentar una situación, además de brindar un impulso de energía o ayudar a concentrarse, para las personas con trastornos de ansiedad el miedo no es temporal y puede ser abrumador.
DESMITIFICACIONES
“La ansiedad no es ningún trastorno, corresponde a una emoción normal que todo el mundo tiene y, por lo cual, no es posible ni recomendable su eliminación. Sin embargo, esto no niega la existencia de trastornos de ansiedad; es lo mismo que los órganos, los pulmones no son una enfermedad, pero existen enfermedades pulmonares”, argumentó Gerónimo Codas, máster en Psicología Clínica.
En ese sentido explicó que hay una diversidad de tratamientos para los trastornos de ansiedad, así como para cada problema psicológico. Como los trastornos mencionados se vuelven a dividir en diversos tipos, no se puede hablar de un tratamiento exclusivo sino de uno dependiendo de lo que aqueja a cada paciente.
“Sin embargo, en líneas generales, una de las terapias que mostró mayor efectividad a lo largo del tiempo es la cognitivo-conductual, que trabaja los pensamientos y comportamientos de las personas con respecto a la ansiedad”, indicó el psicólogo.
Prosiguió diciendo que el tratamiento mencionado trabaja en las formas de interpretar las situaciones que resultan preocupantes o parecen amenazantes, pero no con el objetivo de eliminar la ansiedad, sino para regularla, manejarla y tolerarla.
Por otra parte, para el psicólogo estadounidense Todd Kashdan, la curiosidad puede considerarse como el mejor antídoto ante la ansiedad y la incertidumbre del momento. El profesional ha estudiado con detenimiento dicho elemento y la define como un mecanismo que todos poseemos y está relacionado con la exploración de actividades sanas y constructivas, relaciones o experiencias; por ello impacta de manera positiva en al manejar la ansiedad.
MINIMIZAR LA ANSIEDAD
“La ansiedad es un problema que por naturaleza se tiende a generalizar; esto quiere decir que si se deja suelto o solo, sin hacer nada al respecto, puede trasladarse a otras áreas de la vida”, acotó Codas, explicando que un miedo por ejemplo se puede acrecentar y empeorar al no manejar la ansiedad.
En ese sentido, determinó que minimizar los posibles trastornos a desarrollarse pueden limitar aún más a las personas, generando de esa manera un problema grave para las personas porque no solo está el disgusto de estar con esta sensación desagradable, sino también las restricciones personales en distintos ámbitos de la vida.
“En base a esto, es importante que cuando estos problemas se presentan se acuda inmediatamente a un profesional porque pese a que los consejos de terceros pueden resultar útiles, no siempre serán suficientes en comparación con una psicoterapia”, detalló Codas.
TRASTORNOS DE ANSIEDAD
– Trastorno de ansiedad generalizada: Las personas con este trastorno se preocupan por problemas comunes como la salud, el dinero, el trabajo y la familia, pero sus preocupaciones son excesivas y las tienen casi todos los días durante al menos 6 meses.
– Trastorno de pánico: Las personas sufren de ataques de pánico. Estos son repentinos y repetidos momentos de miedo intenso sin haber un peligro aparente. Los ataques se producen rápidamente y pueden durar varios minutos o más.
– Fobias: Las personas tienen un miedo intenso a algo que representa poco o ningún peligro real. Su miedo puede ser por arañas, ir a lugares concurridos o estar en situaciones sociales (conocida como ansiedad social).