A poco más de 2 meses para que se acabe el 2020, es necesario pensar en una vuelta a clases ordenada, con todos los protocolos sanitarios para preservar la salud, y sobre todo, pensada para revertir las insuficiencias en materia de educación que ocasionó la pandemia y la falta de respuesta de las autoridades.
Luis Fernando Ramírez, miembro del consejo directivo de la Asociación de Instituciones Educativas Privadas del Paraguay (AIEPP), mencionó que están convocando primero a las autoridades sanitarias para escuchar la posición de los médicos y los protocolos que corresponden a un regreso donde la salud sea lo más importante.
En segundo lugar convocan a los pedagogos e invitan a trabajar al Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) a trabajar en conjunto para que entre todos puedan ver cuáles son los contenidos fundamentales a reforzar.
Finalmente, desean establecer un diálogo con las personas que entienden de economía para que les digan cómo se va a mover el mundo porque la vuelta a clases implica la vuelta de las cantinas, de los transportes escolares, de las bibliotecas, librerías y de los uniformes.
“Hay un movimiento de gente que tiene que ser ordenado, toda una logística en torno a la vuelta a clases que es muy complicada, pesada y no se debe hacer si no se tiene en cuenta el diálogo con la sociedad, los municipios y las fuerzas vivas económicas”, argumentó Ramírez.
Explicó que en el mundo hay que monitorear lo que va funcionando, pero ninguna comunidad es igual, por ejemplo, hoy Boquerón puede volver tranquilamente a clases presenciales porque no tiene dificultades de propagación del virus.
“Lo que funcionó en Chile o Argentina no quiere decir que funcionará acá en Paraguay, tenemos condiciones distintas y la vuelta debe ser regional, puede ser que una cuestión funcione en Asunción y no funcione en Boquerón, hay que respetar esa diversidad y no pensar que se puede organizar el regreso de algo tan complejo desde una única posición central, sino desde una posición de diálogo en cada una de las comunidades donde hay una escuela”.
Ramírez expresó que la educación es una sola que tiene una versión pública y privada. El rector de la educación nacional es el MEC y creen que es importante trabajar unidos con sus técnicos para adecuar los programas.
Por otro lado, habrá días y horarios específicos para cada grado o curso. Además pedirán reducir las horas en la institución educativa.
“En el sector privado se puede trabajar de esa forma porque tiene una dinámica diferente y trabajar de una manera escalonada, ordenada y diferente a la gestión pública que tiene otro rigor y otro volumen. Por ejemplo, hay colegios que tienen 200, 300 alumnos, frente a colegios públicos que tienen 4.000 estudiantes. Estamos planteandonos hacer clases cada 15 días de forma intensiva, y se descansa 15 días que es el periodo en que el virus puede desaparecer, eso han hecho algunos países y han tenido buenos resultados”, precisó.
Mencionó que fue un año muy atípico, difícil, están agotados y estresados porque a toda la diferencia que significó estar a tono con el nuevo formato, hay que agregar el factor de encierro que produce mucha incertidumbre.
“El año que viene tiene que ser mixto, con alguna presencialidad y mantener algunas cosas que encontramos que se hicieron bien en el formato virtual y acoplar algún tipo de presencia para sustituir el déficit en algunas zonas con respecto a la conectividad”, destacó Ramírez.
Recordó que hay una migración de más de 5.000 estudiantes de colegios privados a los públicos, a consecuencia de una recesión económica que impactó en la posibilidad de pagar una cuota para la escuela por parte de los padres.
Finalmente, apuntó que se dejó de dar un gran salto, la educación perdió la oportunidad de avanzar con la pandemia a una educación digital, pero lo ve como un problema del mundo. “No creo que hayamos perdido el año porque no hay una diferencia en el aprendizaje, lo que se hizo fue tomar los medios digitales para reproducir un sistema que ya no funciona. En algunos casos los chicos usan plataformas para aprender matemáticas y les llevó a tener mejores resultados que con la profesora de matemáticas que no sabía de la asignatura”, concluyó el miembro del consejo directivo de la AIEPP.
EL MODELO DE CHILE
Las autoridades de muchos de los países vecinos elaboraron un estricto protocolo y no retrasaron la apertura de las escuelas, un ejemplo de ello fue Chile, pues octubre fue el mes elegido para la reanudación de las clases presenciales de la mano de un plan que el Ministerio de Educación creó.
A la fecha, ya se ordenó la implementación del 70% de los establecimientos para recibir a los alumnos y alumnas que, voluntariamente, decidan regresar a clases presenciales.
Si bien la respuesta es aún escasa, la autoridad lo entiende, ya que se tendrá que trabajar en la confianza de que las garantías sanitarias estén a la altura de los temores de la población con tres principios fundamentales establecidos esencialmente en la seguridad, voluntariedad y gradualidad para un seguro retorno a clases en el país.