martes, noviembre 5, 2024
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Asunción

Cara sucia

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La muy noble y muy ilustre, ciudad comunera de las Indias, tus naranjos y tus flores, tu luz de atardeceres…

¿A qué cantarían hoy, si resucitaran con su vena creativa intacta, Ortiz Gue­rrero, Fariña Núñez, Romero Valdo­vinos o Altimier? Estos gigantes de la poesía y la nostalgia deberían hacer un esfuerzo sobrehumano para abstraerse del panorama de campo de refugiados que presenta el otrora centro histó­rico de Asunción convertido hoy en basural, desorden, ruina y abandono.

Hace años que la improvisación, la mugre y la destrucción de espacios públicos han dejado de ser efecto colateral de las inundaciones para transformarse en una forma de hacer política. Hay “dirigentes”, concejales principalmente, que esperan cada desborde del río Paraguay como las abejas aguardan la floración de bosques y sembrados. Allí hacen su cosecha de votos, prometiendo lo que nunca van a cumplir, comprando voluntades y consolidando un sucio paquete electoral que degrada a ciudadanos que todavía esperan algo de sus represen­tantes en la legislatura municipal.

El equipamiento intelectual y el horizonte de gestión de estos impre­sentables son tan limitados que no les alcanza para acordar, en forma madura e inteligente, un plan a largo plazo que sojuzgue al rio indócil y cree nuevos espacios habitables para una ciudad que los demanda en forma urgente.

Mientras tanto, la Asunción histórica languidece, se marchita y se derrumba sobre si misma ladrillo a ladrillo, pie­dra a piedra, rindiendo un diezmo im­placable al paso de los años. Envejecer no es malo si se lo hace con dignidad y decoro. Pero capitular en medio de la suciedad y el abandono es una sen­tencia cruel y humillante, inmerecida para una ciudad madre de ciudades y cuna de la libertad de América.

Alguna vez sus “cuidadores” tendrán que rendir cuentas.

Equipo Periodistico
Equipo Periodistico
Equipo de Periodistas del Diario El Independiente. Expertos en Historias urbanas. Yeruti Salcedo, John Walter Ferrari, Víctor Ortiz.