Las cuentas que quedan tras el último secuestro
Hagamos un balance provisorio del caso de Peter Reimer, secuestrado por la banda terrorista y liberado con vida. ¿Qué queda después de este nuevo episodio? Veamos.
Total de días secuestrado: Ocho, desusadamente corto. Estado psicológico de la víctima: Abatimiento y desánimo, que se extienden a familiares y allegados.
Posición del grupo criminal: Fortalecida. Alcanzó su meta extorsiva en tiempo record.
Rescate pagado: Víveres por valor aproximado a Gs. 3.500 millones.
Destino del rescate: Comunidades de distintos puntos del país. Salvo excepciones, la mayoría de los beneficiados aceptaron los kits de alimentos. Punto a favor de los criminales.
Papel de la FTC en el episodio: Nulo.
Función del Ministerio del Interior: Irrelevante.
Clima imperante en las áreas dominadas por el grupo criminal: Inseguridad, miedo, incertidumbre, desestímulo al trabajo y la inversión. Muchas familias, empezando por los Reimer, tuvieron que deshacerse de todo para pagar el rescate. Deberán empezar de cero.
Resumen: una comunidad entera de gente trabajadora abatida y humillada, unos criminales envalentonados y un Gobierno que mira todo desde afuera como si estuviera en otro país.
Cerraremos 2021 con otros Gs. 70.000 millones tirados a la basura en una supuesta fuerza de combate a terroristas que lleva colgado un rosario de secuestros y asesinatos.
Y encima hay que escuchar al ministro del Interior pedir más plata, otros US$ 130 millones para comprar esto y aquello. ¿Cómo se atreve? El ministerio del Interior se ha cargado este año, dentro del PGN, Gs. 3 billones (US$ 440 millones) y su colega de Defensa otros Gs. 1,9 billones (US$ 279 millones), un montón de dinero que al contribuyente le cuesta horrores aportar. ¿Y ahora le dicen que no alcanza? ¿En qué usan todo ese dinero además de salarios, bonificaciones, horas extra, aguinaldo? ¿Existen sólo para cobrar a fin de mes?
A ver: El Ministerio de Defensa está para “desarrollar respuestas a amenazas que pongan en riesgo la seguridad integral de la República”.
El Ministerio del Interior, para ejecutar “políticas públicas relacionadas con la seguridad ciudadana”. ¿En serio, están para eso? Al menos, es lo que en sus webs oficiales expresan en eso de “misión, visión…” y demás zarandajas del marketing comunicacional.
Tanta palabrería hueca sólo deja rabia, frustración e impotencia.