Una ciudadanía empobrecida mantiene a 300.000 privilegiados
No pretenderán los honorables que los aplaudamos porque renunciaron a sus cupos de combustible de 3,5 millones de guaraníes. Hechas las cuentas y según costos manejados por el Estado, esos 125 vales ahorrados durante un año dan para construir siete escuelas de seis aulas con todos los servicios. Nada mal. ¿Y los honorables? Bueno, tendrán que arreglarse sólo con el sueldito de 32.774.840 guaraníes que el pueblo paraguayo les paga mensualmente. Y si no les alcanza, una buena solución es que renuncien a sus bancas y vayan a ganarse la vida en el mundo exterior que los espera con los brazos abiertos.
La yapa que recibían los señores legisladores es una fruslería si consideramos cómo las gastan en otras oficinas del Estado. Por ejemplo, en el Banco Central del Paraguay. Allí, un bachiller con cargo administrativo puede ganar 16.000.000 de guaraníes pero si se le suma una ayuda alimenticia de 2.300.000, otra ayuda escolar de 2.250.000 y la infaltable bonificación por responsabilidad, el bachiller puede llegar a 21.000.000 de guaraníes sin siquiera despeinarse.
Mejor aún en la ANDE, en donde un técnico electromecánico figura con un salario de 12.000.000 de guaraníes, como para empezar. Luego se le agrega una bonificación por mayor costo de vida de 1.500.000, horas extraordinarias por otros 10.000.000, 2.100.000 por labor riesgosa y, para rematar la liquidación salarial, 8.500.000 guaraníes en calidad de viáticos. Total: Gs. 34.100.000.
Naturalmente, toda esta festichola de extras sale de la factura de luz que paga el bobo de siempre, es decir, el consumidor de energía eléctrica.
Y esta es sólo una muestra mínima de la montaña de recursos que van a parar al bolsillo de los 300.000 funcionarios públicos para quienes trabajan 1.361.801 contribuyentes -entre individuos y empresas- que dejaron el año pasado en las arcas de Hacienda 15,5 billones (millones de millones) de guaraníes, sin contar los Gs. 500.000 millones que 1.200.000 usuarios de ANDE aportaron a la tesorería del ente.
Tal vez al lector le aburra este baile de cifras. Pero tenga en cuenta que todo este dinero se va en mantener a cuerpo de rey a la burocracia. Para hacer obras, hay que endeudarse. Ya debemos el equivalente a un tercio del PIB, casi US$ 14.000 millones.
Por este camino, no hay futuro.
