La ley Nº 5777 de Protección Integral de las Mujeres contra todas las formas de violencia, al parecer, es letra muerta a la hora prevenir cualquier forma de agresión o salir en defensa de sus beneficiarias.
Esta realidad se refleja, por ejemplo, en la cartelería publicitaria que se encuentra ubicada entre las avenidas España y Venezuela, que a partir de la figura de Mía Khalifa hace referencia a la pornografía, una industria que normaliza y lucra a través de conductas violentas. Al igual que otros miles de afiches, dicho anuncio se colocó con el visto bueno de la Comuna capitalina y otras instituciones.
“Entes gastan presupuestos groseros y dicen que quieren prevenir la violencia contra las mujeres en todas sus formas, sin embargo, son cómplices de sus diferentes vertientes como la violencia simbólica y la mediática. Estos tipos de violencia están mencionados dentro de la ley 5777/16, pero a la hora de prevenir, sancionar y educar sobre estas formas de violencia y el daño real que hacen en las sociedades, las instituciones guardan un silencio cómplice”, cuestionó Mélanie Vega, directora de la organización Femi Unidas Paraguay.
Asimismo, la activista discutió “cómo un cartel de ese tamaño va a ser instalado en la capital de una República” y se preguntó cuáles son los “criterios que utilizó la Junta Municipal y el Ministerio de Industria y Comercio para permitir que los comerciantes con total impunidad hagan apología a la explotación sexual”.
En esta misma línea, la activista recordó que los medios de comunicación también contribuyen a perpetuar la violencia sistemática en contra de la mujer.
“Destacaron a la influencer libanesa como una exactriz del entretenimiento para adultos, pese a que la afectada se convirtió en el rostro de la lucha contra la industria pornográfica”, indicó. En medio de la cartelería publicitaria y el bombardeo mediático, las instituciones estatales se llamaron a silencio.
“Qué están haciendo las autoridades. No hay sanciones. Por qué no apelan a la educación. Por qué no sacan un comunicado explicando que este tipo de violencia nos afecta directamente a las mujeres y niñas paraguayas con el alto índice de violaciones, de trata y explotación sexual y reproductiva que estamos padeciendo”, expresó.
DEBERÁN RENDIR CUENTAS
Desde la organización Femi Unidas Paraguay, recurrirán a la Junta Municipal de Asunción y el Ministerio de Industria y Comercio para conocer cuáles serán las medidas que se tomarán para prohibir violencia en el mundo del marketing y las promociones.
Por otra parte, la activista destacó la inacción del Ministerio de la Mujer a la hora de sentar postura o realizar algún pronunciamiento en contra de la violencia simbólica y mediática.
“Formamos parte del Observatorio Nacional de Violencia. Lo que sucede está a conocimiento de las autoridades, más allá de la polémica que surgió en redes, pero realmente esta gestión del Ministerio de la Mujer deja mucho que desear”, expresó.
Así, Vega destacó la violencia institucional que deben enfrentar las mujeres en la sociedad.
“Es demasiado triste cuando el propio agresor es el Estado. Tenemos demasiadas situaciones de injusticia. En este momento, me siento con mucho dolor, muy desprotegida e insegura cuando salgo a caminar por la calle. Estamos desamparadas. Esa es la situación de la mujer paraguaya en este preciso momento”, concluyó.
EN CONTEXTO
Según la Ley Nº 5777, la violencia mediática se puede definir como la acción ejercida por los medios de comunicación social, a través de publicaciones u otras formas de difusión o reproducción de mensajes, contenidos e imágenes estereotipadas que promuevan la cosificación, sumisión o explotación de mujeres o que presenten a la violencia contra la mujer como una conducta aceptable.
A su vez, la violencia simbólica consiste en el empleo o difusión de mensajes, símbolos, íconos, signos que transmitan, reproduzcan y consoliden relaciones de dominación, exclusión, desigualdad y discriminación, naturalizando la subordinación de las mujeres.