De acuerdo a la psicóloga infantil, María Belén Ros, el síndrome de alienación parental se caracteriza por la presencia de una campaña de denigración hacia un progenitor previamente querido por el niño, instigando temores injustificados, resentimientos, y deriva en el rechazo por parte del hijo/a hacia el progenitor acusado. “Es una forma grave de maltrato psicológico”, aseguró.
Afirmó que los motivos por los cuales los padres no consiguen un acuerdo por sus hijos pueden ser varios. “A veces porque ambos padres no pueden llegar a una comunicación sana y madura, otras porque uno de los progenitores tiene serios problemas emocionales y psicológicos, por los que no puede lograr conductas asertivas y relacionamientos sanos”, explicó la profesional.
Garantizó que un niño necesita crear vínculos con sus padres o con personas que cumplan ese rol debido a que es importante para su crecimiento y desarrollo. Expuso que si el niño es separado de uno de sus padres, a consecuencia de una situación conflictiva, puede tener sentimientos como miedo al abandono, sentimientos de culpa y de negación, inseguridad y baja autoestima.
Declaró que el niño generalmente vive esta situación con mucha angustia e igualmente, puede derivarlo a la ansiedad y depresión. Al igual que con impotencia, ya que por un lado siente temor por la manipulación psicológica que se le realiza y por el otro, también el cariño y el afecto por su progenitor, que es normal.
“Depende de cada situación y de la etapa evolutiva. No es lo mismo cómo procesa sus emociones o percibe las situaciones un niño de tres años, que uno de ocho o de nueve años. De todas maneras, sea la edad que sea, todos los niños pueden percibir estas situaciones problemáticas de sus padres”, sentenció.
Expresó que las consecuencias que pueden tener los hijos tras pasar por la alienación parental son varias y complejas. De acuerdo con la experta, pueden aparecer dificultades en el desarrollo físico, psicológico, problemas de autoestima, frustración, agresividad, dificultades en el desarrollo de las habilidades sociales.
“Tiene una consecuencia a corto y largo plazo, no solamente en el momento en el que está viviendo la situación, sino también con el tiempo. En su vida adulta va a tener consecuencias si es que no se trata con profesionales, dependiendo de la situación”, manifestó.
Sostuvo que, en estos casos, la justicia debe hacer cumplir la ley y el Código de la Niñez y la Adolescencia para proteger el bienestar del niño. “Lastimosamente a veces la justicia es muy burocrática, lleva mucho tiempo, los procesos son muy largos y durante ese tiempo el niño es el más perjudicado, al no tener una solución a una situación como esta”, señaló.
Mencionó que cuando un niño expresa que no quiere ver a uno de sus padres, no hay que obligarlo ni forzar la situación, se debe tener una actitud empática, buscar una manera asertiva, con afecto, actitud de escucha, en la que el niño pueda sentirse en confianza.
“El pequeño que está siendo manipulado siente muchísimo temor y angustia, por lo que tener una actitud autoritaria con él, sería mantener el síntoma”, indicó.
La especialista lamentó que la situación es común en nuestro país y finalizó afirmando que es posible prevenir la alienación parental y que se puede abordar como muchas otras problemáticas, a través de varias aristas.
“Todos tenemos responsabilidad. Se puede prevenir desde el lado de los profesionales, de la ley, de los medios de comunicación. Es importante que se tenga información acerca de este síndrome y la salud mental. Llegar a la gente y saber qué se debe hacer si se está pasando por un momento así, a quién se tiene que recurrir, cuáles son los derechos que uno tiene, etc.”, concluyó.