A medida avanza la pandemia, en forma exponencial y rozando lo grotesco, se pone de manifiesto la falta de racionalidad en la toma de decisiones a nivel gubernamental. Los disímiles criterios entre los ministros hacen que sus resoluciones parezcan salidas de una reunión donde se habla mucho y se escucha poco. Casi una comparsa de ciegos. Imagine usted por un momento, una “scola do zamba”, en pleno desfile de los Corsos Encarnacenos, tratando de formar un grupo homogéneo en vestuario, coreografía y ritmo, entre gente que no se ve, ni se escucha, cuando la misma música viene sonando desde hace más de un año y con más de 4000 almas menos disfrutando del desfile. Resultado: desastre total y abucheo del público, porque los actores de referencia son personas con todas sus facultades, poderes instituidos, ordenanzas para todos los gustos y declaran cuando se les antoja, que nos cuidan todos los santos días.
Si este transcurrir errático solo hubiera sido en Semana Santa, hasta podrían haber obtenido el perdón eterno. Lo grave es que parecen turnarse para ver quién se destaca en el grupo de los peores y allí nadie desentona. Lo que queda al desnudo es la ignorancia a flor de piel. Pasó una semana donde se anunciaron los controles en zonas determinadas con detención o sin detenciones por violar la resolución (nunca se sabrá), restricciones escritas y todo tipo de chákes, que al final tuvieron muy poco efecto y la vida transcurrió, tal como venía ocurriendo, pero para fastidio de la ciudadanía de a pie, aguardando un transporte que tal vez en algún momento iba a llegar, con el miedo a cuestas si retornaba a su hogar o no antes de las 20:00 hs. Una de las recomendaciones en modo Covid-19 que se difunden en todo el mundo es: promover la vida al aire libre, utilizar los espacios verdes públicos manteniendo el distanciamiento y respetando los protocolos sanitarios. El contacto con la naturaleza y el ejercicio físico en espacios abiertos forman parte de incontables mensajes en todos los países del mundo. Desde miles de años atrás, curanderos y médicos recomiendan ponerse al sol para prevenir o disminuir enfermedades. La recomendación es acertada en varios sentidos: los rayos ultravioletas de la luz solar pueden inactivar virus y bacterias, y el sol es uno de los ingredientes indispensables en la receta para fabricar vitamina D. Un estudio reveló que los estadounidenses con niveles adecuados de vitamina D tenían un 54% menos de riesgo de infectarse con coronavirus.
UN PICNIC EN EL CENTRAL PARK. “SI te toca algún día cálido en Semana Santa en Nueva York, ya sabes dónde estará la mitad de los neoyorquinos: ¡disfrutando del Central Park! Puedes alquilar una bici, hacer un picnic “. La foto que acompaña este artículo es tomada de esta cita. París es otro ejemplo. “Hay un boom desde hace un año”, dice Louis Staritzeky, que lleva una década enseñando a montar en bicicleta en la capital francesa. El ayuntamiento (Municipalidad) ha construido centenares de kilómetros de ciclovías, en los últimos años (170 kilómetros en 2020) y el porcentaje de gente que se mueve en bici, aumentó en un 62% en dos años. Asunción, Ciudad Verde, no debería tener dificultades para concretar este tipo de proyectos.
Ocurre que la competencia entre el MOPC y la Municipalidad, nunca tiene final. Resultado, no pasamos del anuncio, el corte de cinta, la foto triunfal de los políticos de turno para los medios, y los ciclistas siguen arriesgando su vida en las calles o circulando por las veredas, porque al final, el trecho inaugurado con bombos y platillos quedó solo en eso: UNAS CUADRAS APENAS.
Solo hay que saber leer, pero como nuestros gobernantes están sumergidos en su burbuja partidaria y demuestran una gran pereza para buscar información, el resultado es el absurdo:
CLAUSURAR EL AIRE.
Se permite circular por los shoppings y otros lugares cerrados, pero se clausuran los Parques Guasu Metropolitano, Ñu Guasu, Parque de la Salud. Los que no tienen rejas se dejan abiertos como el Parque Carlos Antonio Lopez y el Jardín Botánico. Una resolución y varias interpretaciones. Entre la ley y su aplicación, nadie le devolverá el celular ni la humillación por acoso sexual, que sufrió una maratonista en el Jardín Botánico el sábado santo, por absoluta falta de seguridad.
EL AIRE ESTA CONTROLADO, LA SEGURIDAD CIUDADANA, QUIZA ALGUNA VEZ.
Mientras tanto, la gente ganó la calle y circuló sin control de temperatura, distanciamiento o tapabocas. Una vez más, las disposiciones gubernamentales sumaron confusión y desencuentro con las necesidades ciudadanas.
Al cierre de esta columna, se manifiesta nuevamente la incapacidad de gestión. El Parque Guasu Metropolitano, seguirá cerrado porque están realizando un recapado de sus senderos. Tuvieron toda una semana y ni así, son capaces de terminar en tiempo y forma. La ciudadanía paga por la inutilidad de los jefes, la complacencia con el personal y funcionariado. Todos coludidos, cobrando puntualmente, forman parte del país, que alegremente conducen hasta el hartazgo y la muerte.
En síntesis, al miedo de la pandemia hay que sumar el miedo gubernamental. Como no sé qué hacer, te asusto para que no protestes y te encierres en tu casa.