En los últimos días hemos visto cómo varios legisladores han realizado análisis y propuestas varias en torno al impacto socio económico del COVID-19 que afecta a nuestro país. Pero una de ellas, ha llamado mi atención más que otras.
El senador Jorge Querey anunció, que estudia la posibilidad de proponer al Congreso Nacional la implementación de un aporte estatal a las familias de modo a garantizar el consumo y evitar que la economía colapse y sobrevenga una explosión social. Esta propuesta conlleva en sí misma muchos cuestionamientos, pero no deja de ser una idea que debemos estudiar en profundidad y, en definitiva, llevarla adelante si se dieran todas las condiciones.
Tal como señala Querey, la economía se va a resentir y una de las salidas a este presagio es la asignación del salario universal, que podría significar un aporte estatal de unos 200 millones de dólares por mes a unos 1.200 hogares de Asunción. Si salen con, donde están los ejemplos, ahora que tenemos mucho tiempo solo hace falta entrar a la web y ver como, por ejemplo, El gobierno Danés va a absorber el 75% de todos los salarios para evitar despidos masivos en un acuerdo con sindicatos, mipymes y grandes empresas. Me van a salir con que no somos un país escandinavo, pero somos pocos y la solución si es viable
En coincidencia con el legislador, muchos no acatan lo dispuesto por el Ministerio de Salud, sencillamente porque le afecta a su economía, pues viven del día a día, de lo que puedan vender en una mañana o tarde, y por tal motivo no cuentan con fondos de contingencia como para soportar la crisis.
El Ejecutivo saco unos planes económicos, pero como siempre estos sectores fueron olvidados, siendo los que más dinamizan el día a día la economía y deberían de ser los primeros en ser tenidos en cuenta. ¡Aplazado el equipo económico!
¿Qué pueden hacer entonces esas personas? ¿Dejar de trabajar y no comer? ¿Salir a trabajar y enfermarse? Muchos pequeños empresarios no tendrán como pagar sueldos y para estas situaciones, el Estado podría brindar un alivio si se articulara de la mejor manera posible lo que el Senador propone, eliminar los gastos superfluos y destinarlos al fondo para salario universal, o discutir sobre los fondos de reserva del BCP que podrían servir para el aporte estatal.
Es hora de remangarse y entender que solo se saldrá de esto con ingenio, capacidad, compromiso, pero por sobre todo… ¡SOLIDARIDAD!