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“Ña Marité”: Un ícono de la movida nocturna en Asunción

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La reconocida comerciante “Ña Marité” se abocó desde hace décadas a la venta de
flores en bares y discotecas para llevar el sustento a su familia. Con su calidez y
alegría, se ganó el corazón de clientes, mozos y dueños de establecimientos
nocturnos, convirtiéndose en uno de los íconos de la movida nocturna de Asunción.

Entre la algarabía y efusividad de la movida nocturna, “Ña Marité” recorre incesantemente bares y discotecas de diversas zonas de la capital, especialmente del barrio Carmelitas, con decenas de rosas que venderá para, además de llevar el sustento a su hogar, obtener la satisfacción de presenciar cómo sus flores se convierten en un medio para agasajar o conquistar un amor.

María Portillo o “Ña Marité”, como la conocen cariñosamente, se dedica desde hace más de 30 años a comercializar rosas en los centros de diversión nocturna, a pesar del frío, la lluvia y los riesgos propios de movilizarse durante la noche.

“Mi matrimonio no salió bien y tengo 12 hijos. Empecé a vender rosas por las calles para que puedan ir al colegio y pagar el alquiler. Recuerdo que en ese entonces ya iba a todos los bares que podía para darle a mi familia lo mejor que se podía. Así salí adelante. Ahora, mis pequeños están grandes, lograron terminar el colegio y ya soy abuela”, relató.

La valiente vendedora repite, con su alegría y amabilidad característica, la labor de salir a comercializar rosa casi todos los días de la semana. Sus flores salvaron a miles de enamorados deseosos de conquistar o halagar a su pareja con un gesto
romántico.

“Si bien termino mi venta muy tarde, especialmente los fines de semana, cuando me quedo hasta la madrugada, me gusta levantarme temprano al día siguiente para cocinar y hacer otras tareas en mi ‘casita’”, afirmó. Por su ardua labor y su calidez personal, la comerciante se ganó el cariño de clientes, mozos e, incluso, dueños de bares y discotecas. A lo largo de su trajinar con la venta de flores, “Ña Marité” acumuló diversas experiencias y anécdotas que recordó entre risas y lágrimas.

“A veces, en el momento menos pensado, viene un enamorado loco y me compra todas las flores que tengo. Por ejemplo, Marcelo Toyotoshi le conquistó a su esposa Verónica Chavez con 60 de mis rosas en la antigua discoteca Caracol”, señaló animosamente. En esta misma línea, la comerciante agregó que no solo los enamorados compran rosas, sino también señoritas que desean otorgar un presente a alguna amiga que está de cumpleaños.

“Aunque algunas veces no venda muchas flores, me divierto e, incluso, me río de cómo bailan algunos clientes”.

Entre los eventos que quedaron marcados en su corazón, “Ña Marité” trajo a colación que hasta ahora rememora con mucho pesar el atentado que acabó con la vida de Vita Aranda en el Ja’umina Fest. La florista señaló que horas antes de la tragedia le vendió a Iván Torres la última rosa para la reconocida influencer.

“Me sentí tan mal cuando me enteré. Me asusté y hasta hora lloro al recordarla. Me dolió en el alma. Siempre les veía tan alegres (la pareja de Iván y Vita) desde jóvenes en las discotecas. Me dolió mucho”, sentenció.

UN MENSAJE A SUS CLIENTES
Con la venta de flores, Ña Marité logró sustentar a su familia durante décadas y se ganó el afecto de diversos clientes o encargados de locales nocturnos, que se convirtieron en sus amigos.

“Les amo y les agradezco de todo corazón. Gracias a que me compran puede pagar mis cuentas y mis hijos lograron estudiar. Les quiero como a mis hijos. No me olvido de todos los que siempre me ayudaron: desde los mozos hasta los dueños de los bares como Luis Nogues, que me abren las puertas de sus negocios para vender mis flores”, aseguró.

SUEÑOS
Ña Marité comentó entre risas que cuando desee retirarse sus amigos del barrio carmelitas le prepararán una gran despedida. “Siempre digo que ese día aún está lejos. No quiero dejar de vender mis flores todavía”.

Aunque la venta de rosas le regaló diversas satisfacciones, la valiente comerciante sueña con poder habitar finalmente una casa “ de buen material” para abandonar la residencia que construyó hace varios años, con tablas de madera, en la ciudad de Fernando de la Mora.

“Otros sueños ya me pasaron como el de ser bailarina. Por ahora solo quiero mi
casita digna y voy a seguir procurando por eso con la ayuda de mis hijos”, concluyó.

Equipo Periodistico
Equipo Periodistico
Equipo de Periodistas del Diario El Independiente. Expertos en Historias urbanas. Yeruti Salcedo, John Walter Ferrari, Víctor Ortiz.

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