La escalada de violencia y hechos de abuso sexual infantil deben encender las alarmas sociales respecto a la falta de educación sexual en las escuelas y la necesidad de priorizar la salud mental, aseguró la psicóloga clínica, Anabeth Wentzensen.
“También, señala el deterioro en la educación recibida en el hogar, en donde en la mayoría de los casos existen conflictos familiares importantes como ausencia de los padres o crianza de los hijos por otras personas que no son significativas , falta de límites O control y educación permisiva, violencias y abusos en el propio hogar, que luego se reproduce afuera como imitación”, explicó.
Para abordar esta problemática se debe iniciar, de forma urgente, con la realización de charlas y talleres de prevención y educación sexual, desde un enfoque “psicoeducativo”, aconsejó la profesional.
“Estos programas de prevención de abusos y violencia se deben impartir tanto para los niños y adolescentes en las escuelas y colegios. Además, se tienen que intensificar las campañas a nivel nacional de concientización sobre abuso y/o violencia , los derechos de los niños y los lugares a dónde acudir para realizar denuncias pertinentes en el caso de sufrir este tipo de conflictos. También es fundamental realizar programas que indiquen los protocolos a realizar para docentes y directivos de la institución educativa”, citó.
Estas charlas también deben contar con la participación de los padres, quienes deben estar preparados para identificar los signos de alerta e instruir a sus hijos sobre sexualidad.
“Estos son puntos importantes ya que en nuestro país aún existen muchos tabúes al respecto. Los padres tienen «vergüenza » de conversar de estos temas con sus hijos o ignorancia con respecto a los protocolos en escuelas, en donde los docentes no saben cómo actuar”, recalcó.
URGEN POLÍTICAS
PÚBLICAS
Nadia Czeraniuk, rectora de la Universidad Autónoma de Encarnación (UNAE), recordó que los niños y los jóvenes regresan de un periodo de dos años sin socializar, alejados de las normas y otras conductas que se refuerzan en los centros educativos.
“Los niños y los jóvenes no se convierten en victimarios en la escuela, lo son. Hay un deterioro en los procesos educativos y de formación y aparecen estas crisis que denotan faltas de afecto, atención, sobreestimulación por un acceso a sitios que no son acordes a la edad. Cuando los vinculas con un periodo de pubertad y adolescencia esto afecta muchísimo”, mencionó.
En este sentido, la experta en educación recalcó que para enfrentar la problemática es necesario “restarle la responsabilidad absoluta a la escuela” y recordar que ciertas conductas y valores se deben inculcar inicialmente en el hogar.
“En un segundo plano está la escuela para reforzar esos valores adquiridos en la escuela y formar a los estudiantes en los conocimientos. Acá hay que mirar a las familias. Actualmente, las escuelas están desbordadas”, agregó.
Más allá de las charlas y las campañas a nivel local para prevenir abusos y episodios de violencia, Nadia Czeraniuk sostuvo que se debe brindar un apoyo integral a la familias, garantizando empleo, salud y otros servicios básicos.
“Se debe tratar de sostener a las familias para que puedan tener una mayor estabilidad y puedan cumplir su tarea de crianza: eso quiere decir garantizar trabajo, salud y recreación, además de garantizar un buen transporte. Si una familia tiene que desplazarse dos horas, esta es una familia estresada. Mejorar la sociedad es una cuestión compleja”, indicó.
Asimismo, la decana resaltó la necesidad de dotar de más profesionales técnicos (psicólogos) a los centros educativos.
“Actualmente dos psicopedagogas trabajan desbordadas en las instituciones educativas por los problemas que están teniendo los niños a nivel general. Se requiere de mucha dedicación profesional para eso. Nuestras escuelas públicas requieren personal de apoyo psicológico, psicopedagógico y orientación adicional a la clase para asistir a los docentes”, concluyó.
