Ante la ausencia del suizo Roger Federer, los dos dominadores de los últimos años, ganadores de 15 de las últimas 17 ediciones, afrontarán el empuje de los nuevos, que por ahora no han logrado derribar su hegemonía, pero que han recibido un refuerzo de peso en la persona de Carlos Alcaraz, la sensación de la temporada.
Caprichos del sorteo, Djokovic, Nadal y Alcaraz, los tres principales favoritos, han quedado en la misma zona del cuadro, por lo que solo uno de ellos podrá alcanzar la final.
El número 1 del mundo conquistó el año pasado el trono que el español ha ganado en trece ocasiones y ahora parece en buena disposición para mantenerlo, como demuestra su victoria en el reciente torneo de Roma, la última gran cita sobre tierra batida previa a la parisiense.
Pero ni el serbio ha mostrado una fortaleza extraordinaria en las últimas semanas ni el español es candidato a ser enterrado antes de tiempo dadas las veces que, en el pasado, ha renacido cuando se le daba por acabado.
Buena parte de la cosecha de 2022 en la arcilla parisiense dependerá del estado del pie izquierdo de Nadal, el mismo que le apartó la pasada semana de Roma y que le colocó frente al diván, quebrado entre el dolor y la pasión por el tenis.
Nadie apostaría por él como candidato a la decimocuarta Copa de Mosqueteros si no fuera porque los pronósticos no sirven con el mismo tenista que, a principios de año, se convirtió en el primer hombre en levantar en Australia su 21 Grand Slam pocos meses después de haber pensado colgar la raqueta.
ENÉSIMA RECUPERACIÓN DE NADAL
Su enésima resurrección que en Roland Garros sería menos inesperada, pero igual de impresionante. El español sumó también los torneos de Acapulco e Indian Wells, antes de una primera lesión en las costillas, que le obligó a un parón.
Sobre el papel, su principal rival será un Djokovic que ha ido dejando atrás el bache del principio de temporada, cuando su negativa a vacunarse le privó el Abierto de Australia y de la gira estadounidense y le provocó un bajón mental.
El serbio solo ha sumado un torneo, el de Roma, síntoma de su retorno a un elevado nivel competitivo, listo para igualar los 21 grandes de Nadal.
El brillante año de Alcaraz le sitúa, pese a sus 19 años, como la principal amenaza para los dos favoritos. El español, sexto del ránking, vivirá su segundo paso por la tierra batida francesa, pero con más galones, tras haber ganado Rio, Miami, Barcelona y Madrid, más palmarés que ningún otro.
La incógnita será su respuesta a un torneo de esta envergadura, donde solo ha participado en cinco ocasiones, con los cuartos de Estados Unidos del año pasado como mejor actuación.
Sus triunfos en Barcelona y Madrid, donde derrotó brillantemente en semifinales a Djokovic, han mostrado que también puede rendir a alto nivel sobre arcilla y, para muchos, ha logrado superar a la generación anterior, que nunca logró destronar al “Big 3”.
En ese grupo están el ruso Daniil Medvedev, número 2 del mundo, que hasta el año pasado nunca había superado la primera ronda en París y cuya temporada, tras caer ante Nadal en la final de Australia, es titubeante.
Tampoco es el mejor año del alemán Alexander Zverev, con dos finales a sus espaldas, mientras que el griego Stephanos Tsitsipas, ganador por segundo año consecutivo en Montecarlo y finalista en Roma, aparece como una seria amenaza, aunque en el recuerdo queda la final del año pasado en Roland Garros, cuando dinamitó una renta de dos sets a favor.
Tras ellos, una larga lista de nombres, como el ruso Andrey Rublev, el noruego Casper Ruud, el canadiense Felix Auger-Aliassime o el italiano Jannik Sinner, aguardan su oportunidad. EFE