Con el atentado al intendente liberal de PJC, José Carlos Acevedo, quedaron de una manera clara y comprobable las fragilidades institucionales de un territorio olvidado por sus gobernantes y la desidia a la que se ve obligada a sobrevivir una población que no conoce otro tipo de realidad.
El gobernador de Amambay y hermano del intendente, Ronald Acevedo, sentenció que no cree en la posibilidad de una respuesta determinante por parte de gobierno, como siempre pasa, pues hace siete meses mataron a su hija y no hicieron nada en su momento, por lo cual tampoco piensa que la situación sea diferente ahora.
Ronald Acevedo
“Estoy totalmente decepcionado del gobierno de Marito. Con respecto al estado de excepción, pueden hacer lo que quieran, ahora nuestro objetivo es salvar a mi hermano porque ya no tengo fe ni confianza en este gobierno ni en sus autoridades; ya pasé por esto con la muerte de mi hija y ahora estamos peleando por la vida de mi hermano”, manifestó.
Con respecto a la manera en la cual los pedrojuaninos tomaron la situación, indicó que el pueblo se encuentra consternado, generándose así una desidia por las autoridades, que siempre abandonaron al Amambay por ser de otro partido y por el ninguneo del propio gobierno.
“El propio pueblo dice que no se hará nada, las autoridades se están lavando las manos y no me queda nada por decirles porque nunca han tomado acciones y no lo harán, pero a la ciudadanía le pido mucha oración, así como también al pueblo paraguayo, eso es lo único que nos salvará. Las autoridades que tenemos ya no nos salvan de nada, así de simple”, determinó.
DÍA A DÍA
Rodrigo Pedrozo, comunicador de Pedro Juan, describió la manera en la cual los pobladores viven la vulnerabilidad social en dicha ciudad, destacando que reina la calma y la gente vive su día a día normalmente, siguiendo con su rutina habitual, esto porque las cosas nunca cambian y nunca se hace seguimiento de nada.
“Lo mismo se siente con el intendente, que desde hace tiempo viene denunciando hechos relacionados en su momento con su hermano Robert Acevedo. La gente cree que con el atentado al intendente no pasará nada, como pasó con Robert y la hija del Gobernador, quien fue asesinada”, remarcó.
En ese sentido, resaltó que se genera una completa desconfianza hacia las autoridades por el nivel de impunidad existente, por lo cual desde hace un largo tiempo se vive en la zona los impactos políticos, a través de la propia negativa o falta de acciones del Gobierno a la hora de luchar contra el crimen organizado.
DESIDIA
“No hay políticas de combate porque mucha gente se dedica al cultivo de la marihuana, pero el gobierno no acompaña la producción agrícola para ofrecer alternativas a las personas, obligándolas a rebuscarse”, sentenció.
Dentro del punto, declaró que no solo es una debilidad observada en PJC, pues esto constituye un flagelo observado también en Concepción, Canindeyú, Alto Paraná e Itapúa, debido a la falta de una política real de cambio por parte del Estado.
“Este gobierno se aplazó en seguridad desde hace tiempo, pero los gobiernos anteriores tampoco tuvieron políticas claras y serias en torno al narcotráfico porque el mismo resultaba beneficiosos para ellos. Los grupos fácticos siempre estuvieron ligados con los políticos”, señaló el comunicador.
La solución espera ser encontrada a través de la declaración de estado de excepción, sin saber que hace tiempo la ciudad ya se encuentra sitiada, solo que no por la fuerza pública para la resolución de los problemas lacerantes, sino por el narcotráfico, el crimen organizado y la complicidad de las propias autoridades ante las fragilidades incesantes.