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No cantar victoria

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Los senadores le devolvieron un formato más decente al proyecto de ley de financiamiento político, luego de ser despedazado en la Cámara de Diputados. Pero es muy pronto para cantar victoria. Los honorables de la cámara baja fueron muy minuciosos en la tarea de vaciar de contenido y finalidad el proyecto que cayó entre sus garras. Si quieren ratificarse en el frankenstein que salió de su recinto, los diputados tendrán que obtener dos tercios a fin de culminar su obra destructiva. Dijimos en su oportunidad que los políticos no quieren que se les regule ni transparente el origen, manejo y destino del dinero que obtienen para sus campañas.

Les interesa más seguir en la sombra, en el encubrimiento y en el borrado total de rastros. Y vamos a reiterar un argumento que ya expusimos. No se trata sólo de cerrar el paso al fisgoneo legal de la contabilidad electoral. Esa es una parte del operativo de cierre con candado de cualquier intento de conocer con lujo de detalles el financiamiento de campañas. También se trata de evitar el “une con flechas” en la etapa posterior, que es cuando el político, ya entronizado en su cargo, comienza a operar a favor de determinados intereses sectoriales.

Una ley que les obligue a hacer público el origen de sus fondos de campaña los dejaría expuestos a la investigación, hecho que espantaría a los “mecenas” que prefieren el anonimato. Con ello, el tarifado de cada voto en el Congreso caería estrepitosamente. En pocas palabras, el negocio se achicaría en forma intolerable. No vayamos a creer que esta compulsión por el secretismo es un invento paraguayo. Es una costumbre mundial. Quien haya visto la película Suburra (y si no la vio, la recomendamos) verá cómo se cotiza un puesto en el Parlamento italiano cuando se trata de allanar el camino a poderosos intereses económicas. Por algo existen tantos legisladores millonarios. Los diputados sesionan hoy en forma extraordinaria.

Tienen varias opciones. Una, ratificarse en el texto enviado al Senado el 4 de febrero. Otra, aprobar el texto enviado por los senadores. O bien, mandarlo a dormir en alguna comisión a la espera de que las aguas se calmen y de pronto, de sorpresa, aprobarlo.

En esta clase de maniobras, los honorables tienen mucha experiencia.

Equipo Periodistico
Equipo Periodistico
Equipo de Periodistas del Diario El Independiente. Expertos en Historias urbanas. Yeruti Salcedo, John Walter Ferrari, Víctor Ortiz.

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