Los tentáculos del exdiputado Juan Carlos Ozorio, desvinculado de la cámara de diputados luego de las publicaciones que lo señalan como líder de un grupo narco llegan hasta el presidente de Cetrapam, César Ruiz Díaz, al expresidente de Incoop, Félix Jiménez quien a su vez está ligado al diputado cartista «Bachi» Núñez. Todos ellos poseen millonarios créditos en la Cooperativa San Cristóbal, presidida hace pocos días por el mismo Ozorio.
En un sólo extracto perteneciente a César Ruiz Díaz, se puede ver que el presidente de los Empresarios del Transporte (Cetrapam) movió sospechosamente G. 512.000.000 entre créditos y descuentos de cheques en la citada Cooperativa San Cristóbal.
Por otro lado, la exesposa de César Ruiz Díaz, Alicia Lezcano, quien es directora de tarjetas de crédito y gerente de servicios sociales de la misma entidad financiera, movió millones guaraníes en ahorro, créditos y descuentos de cheques, según otro extracto.
Félix Jiménez Castro, expresidente del Incoop, nombrado por Horacio Cartes en el 2015 y que estuvo en el cargo hasta 2019, era el encargado de controlar y fiscalizar a la cooperativa San Cristóbal, sin embargo Jiménez también movió en un solo extracto un sospechoso monto de G. 956.000.000. El mismo, al abandonar el Incoop el 20 de enero de 2020, presentó en su Declaración Jurada de Bienes y Rentas ante la contraloría, declarando poseer otro crédito de G. 400.000.000 a un plazo de 120 meses en la Cooperativa. Jiménez Castro también fue exdirector de la Organización Iberoamericana de Cooperación Municipal (OPACI) y figura como representante legal de la empresa Marca G, con RUC 80068942-9, en la que el diputado cartista Basilio «Bachi» Nuñez posee acciones por G 300.000.000, según declaración jurada presentada por el legislador en el 2018.
Además, «Bachi» Núñez realizó luego una rectificación de su declaración jurada en junio de 2020 y afirmó poseer un crédito a largo plazo con la Cooperativa San Cristóbal de G. 1.073.000.000. Llamativamente el crédito con la cooperativa ya tiene «dos años de gracia», debido a que nunca se pagó una sola cuota, según la rectificación de la declaración jurada de 2020 del diputado «Bachi» Núñez, donde también reconoció que ya era un crédito de junio 2018.
Ozorio utilizaba la Cooperativa San Cristóbal para lavar dinero; el cliente entregaba una suma x (ej. USD 100.000) al exdiputado Ozorio. Este a cambio otorgaba al cliente un crédito donde retiraba USD 80.000. La diferencia iba USD 10.000 a la cooperativa como «interés» y a Ozorio USD 10.000 más en concepto de comisión. También usaba a la Cooperativa para realizar millonarios pagos a los integrantes de su organización criminal que producía y comercializaban cocaína y marihuana. En sólo un extracto se puede ver que Ozorio movilizó más de G. 600.000.000.
De acuerdo a informaciones, una de las personas que más frecuentaba a Ozorio en las oficinas de la Cooperativa San Cristóbal era la exdiputada Cynthia Tarragó, quien se encuentra detenida en los Estados Unidos por lavado de dinero.
A este punto, uno puede preguntarse, ¿Hasta dónde llegaron los tentáculos del exdiputado Juan Carlos Ozorio y quiénes más participaron en su esquema de lavado de dinero? ¿Existen realmente los créditos en el asiento contable de la cooperativa? ¿Investigará la Fiscalía a sus cómplices o arreglará a cambio de votos en la cámara de diputados?