En el marco del denominado Operativo Turf, una comitiva fiscal había realizado el martes dos allanamientos en Ciudad del Este, pues la intención de la Policía Federal de Brasil, la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) y el Ministerio Público era desmantelar una organización criminal integrada por ciudadanos brasileños dedicados al tráfico de cocaína, pero el principal objetivo, Lindomar Reges Furtado, logró fugarse.
La persona requerida es considerada como el mayor narcotraficante del Brasil y posee 67 causas judiciales en el mencionado país. Se encontraba en Paraguay, en el Paraná Country Club, con un habeas corpus otorgado por un juez nacional para que ningún efectivo policial lo molestase en nuestro territorio.
A través de una conferencia de prensa, el director de comunicación de la Senad, Francisco Ayala, detalló el procedimiento llevado a cabo con el objetivo de capturar a Lindomar. Es así como una comitiva fiscal-policial fue hasta el Paraná Country Club, pero al momento de intentar el ingreso al establecimiento, pasan por una serie de impedimentos realizados por los guardias del club, según el relato.
Francisco Ayala
EL PLAN FALLIDO
Primeramente, la comitiva fue retenida por un aproximado de tres minutos, tiempo suficiente que, de acuerdo a Ayala, da la posibilidad a algún guardia para alertar al narcotraficante y que este pueda prepararse para huir. Esto porque a través de las cámaras de seguridad se puede observar cómo durante ese lapso, Lindomar y su esposa, Gladys Duarte, suben a una camioneta para fugarse.
Luego de una considerable reticencia por parte de los guardias, la comitiva logra ingresar, pero en camino a la residencia en que se encontraba el narcotraficante, fue obstruida por otro auto, en el cual se encontraba Carla Andresa Guimaraes, quien compartía en la residencia con Lindomar y su esposa.
La comitiva pensó que el rodado podría encontrarse el objetivo y lo interceptaron pero, al ver que la mujer iba sola, posteriormente notaron que se trataba de un elemento distractor para que Lindomar pueda huir. Durante ese momento, en las cámaras de seguridad se observa cómo el narcotraficante logra burlar a la comitiva y va hasta un lavadero, donde se pierde de vista.
“Estamos hablando de una diferencia de 45 segundos entre la salida del vehículo con el narco brasileño y la llegada de la comitiva. En la portería son tres minutos los que se pierden”, afirmó Ayala en conferencia de prensa.
De ese modo, el circuito cerrado no pudo determinar si Lindomar salió o no del club, pues solo se observó que Gladys dejó el vehículo en el lavadero, para luego salir y darse a la fuga. En conversación con ABC Cardinal, el director de comunicación de la Senad no descartó la posibilidad de que el narcotraficante siga en el club, pues no cuentan con ningún elemento para hablar de su salida.
Esto porque en la entrada y las dos únicas salidas disponibles se encontraban agentes especializados para monitorear la zona. Sin embargo, teniendo en cuenta que el club tiene más de 400 hectáreas, donde se encuentran más de 1.000 propiedades y representa casi una pequeña ciudad, Lindomar pudo resguardarse en algún sitio o escapar a través de las zonas boscosas o el río.
Por otra parte, Ayala destacó que Lindomar no fue retenido de manera directa, sin pensar en este protocolo, porque este tipo de procedimientos, con una persona con sus antecedentes, debe trabajarse con sigilo.
Con respecto al fracaso del intento de captura, el vocero manifestó que se puede deber al aviso previo de algún funcionario del club para que el narcotraficante pueda “prepararse”.
DECLARACIONES
Luego de reunirse con el presidente Mario Abdo Benítez, la titular de la Senad, Zully Rolón, mostró confianza para lograr la detención de Lindomar, aparte de afirmar que miembros de la Policía Federal de Brasil están muy conformes con los elementos encontrados.
Zully Rolón
Así también, aclaró que el objetivo del operativo fue Marcus Espíndola Marques, quien fue apresado en la ciudad brasileña de Foz de Yguazú. “En el caso del Brasil están determinadas unas 15 personas, entre ellas estaba quien se fugó (Lindomar Reges) y Marcus Espíndola, de quien se tenía la certeza que poseía una oficina en Paraguay”, comentó.
Lindomar Reges Furtado, vinculado a una tabacalera del Brasil, es responsabilizado del envío de unos 8.000 kilos de cocaína que fueron a parar a puertos europeos. De esta manera es considerado como uno de los narcotraficantes más grandes del Brasil.
