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Missología, misoginia y la hilacha

No recuerdo en los últimos 10 años un suceso que haya puesto al país entero frente a la televisión como Miss Universo. Lo que ha logrado Nadia Ferreira es de admirar, felicitar y darle todo el mérito a su camino, estuvo a la altura de una competencia bastante estricta y sobresalió kilómetros por encima de las demás participantes.

Nadia no perdió, solamente no salió primera y, aunque nos duela, no trajo la corona a nuestro país. Este es el punto de inflexión donde los comentarios, posteos y memes sacan a relucir la hilacha de cosas muy propias de nuestra cultura, pero que no nos gusta relucir y que creemos que porque nuestra candidata no se coronó, tenemos licencias para hacer impunemente, porque resultó ser que ahora en Paraguay existen varios millones de Missologos.

Tardaron segundos en aparecer comentarios sobre el color de piel de la flamante Miss Universo, sobre su cuerpo, sobre su cultura, todo tipo de comentarios con malicia y odio que no sé si eran dignos de depositar en una joven india de 21 años. Ella no exigió ganar, de última pueden vilipendiar a los jueces en lugar de desear la muerte de una joven para que nuestra candidata tome la corona. Como cereza de la torta de nuestra incoherencia sin fin, usamos de manera peyorativa el término “india”, como si fuera que ya no somos bastante desagradecidos y peyorativos con nuestros pueblos indígenas, a los que también nos referimos, actuamos y desplazamos de manera cínica y discriminativa.

Una reforma educativa es imperante, porque puede parecer una tontería creer que menospreciar y denigrar a una Miss por A o B motivo es algo simpático o se justifica como catarsis. Nos falta mucho, sobre todo una lección de humildad sobre nuestros orígenes, la valoración de lo distinto y por último, saber perder.

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