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Niñas que son madres

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Todo infante tie­ne el derecho de vivir en un am­biente sano que les permita desarrollarse íntegramente, con ali­mentación, salud, vesti­menta y cariño, pero dia­riamente miles de ellos sufren de situaciones de mucha vulnerabilidad.

En décadas pasadas era hasta casi común que una joven de 15 o 16 años se case con alguien mu­cho mayor e incluso sea madre a esa edad. La pro­blemática de los embara­zos adolescentes acarrea muchas consecuencias tanto para la niña como para la sociedad.

El embarazo de adoles­centes es una situación complicada que se atra­viesa, que les cambia la vida y además muchas familias las abandonan dejándolas a merced de su suerte.

Patricia Veiliuva, directo­ra general de Programas de Salud explicó que la cartera de Salud atiende a todas las adolescentes en esa situación. “Se le hace el correspondiente control prenatal, apoyo nutricional, psicología, odontología y seguimien­to por trabajo social”, añadió.

También agregó que si son menores de 14 años se hace la denuncia co­rrespondiente al Ministe­rio público, ya que todos los casos de embarazo en niñas menores de esta edad son considerados abuso sexual.

UN PROBLEMA SOCIAL

Cada año los servicios pú­blicos de salud de Paraguay destinan unos 6,7 millones de dólares para atender embarazos y partos de ado­lescentes.

Eduardo Sosa, director ge­neral de Protección del Mi­nisterio de la Niñez explicó que actualmente se está trabajando en un plan pilo­to interinstitucional en el departamento de Caagua­zú donde los ministerios de Salud, Niñez, Educa­ción, Trabajo y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa) buscan la prevención del embarazo y abuso en niñas y adoles­centes.

El 20% de los embarazos en Paraguay corresponde a adolescentes. Incluso, dos de los partos diarios que se registran en el país corresponde a menores de edad, según datos de la Unfpa.

Sosa mencionó que los casos que se publican en los medios son muy pocos respecto a la cantidad de nacimientos que se dan de niñas de 10 a 14 años, exis­te en promedio más de 600 casos por año. “Las adoles­centes que se embarazan tienen un altísimo riesgo tanto de la propia persona como para el niño por na­cer”, refirió Sosa.

Las principales causas de muerte materna de adoles­centes de 15 a 19 años son el aborto y la toxemia, que corresponde al 29% del to­tal de muertes en este gru­po etario.

Con este proyecto interins­titucional, el gobierno bus­ca la prevención los abusos en menores de edad que según las estadísticas ocho de cada diez se dan dentro del entorno cercano.

Con el plan piloto en Caa­guazú brindan las herra­mientas necesarias para la prevención, también un apoyo en el sistema edu­cativo como así también fortalecer los servicios de salud capacitando a fun­cionarios y especialistas a ser más amigables con las niñas y adolescentes que se encuentran en esta situa­ción de vulnerabilidad.

“Es un problema grave en el país que la gente hable poco y nada de lo que es la prevención del abuso y por supuesto como una con­secuencia de ese abuso el embarazo de niñas y ado­lescentes”, manifestó Sosa.

REFUGIOS PARA LAS NIÑAS ADOLESCENTES

El padre Benito Páez fue el precursor de un dis­pensario para brindar asistencia ginecológica, psicológica, pediátrica entre otros pero eso no era suficiente porque también habían niñas embarazadas que necesi­taban de un albergue al ser votadas de sus casas.

Cilsa Melgarejo, coordi­nadora del Proyecto de la casa Rosa María del Cen­tro de Ayuda a la Vida de la pastoral social de la Parroquia de la Recoleta, comentó que el objetivo del refugio es el de salvar tanto la vida de la futura madre como la del bebé por nacer.

El hogar se encarga de recibir con amor y cariño a las niñas que a su corta edad pasan por esta situa­ción de embarazo. En su mayoría son jóvenes que provienen del interior e incluso muchas de ellas no poseen ni cédula de identidad, explicó.

Melgarejo detalló que desde que las niñas lle­gan empiezan con la la­bor de ayudarles en todos los ámbitos tanto por el lado prenatal como en los chequeos ginecológi­cos, de mama, ecografías del feto, la medicación, alimentación, vestimen­ta, los análisis e imáge­nes, como también le ges­tionan sus documentos, contención psicológica y espiritual, todo corre por cuenta del hogar.

Así también, durante la estadía de las futuras madres se encargan de capacitarlas en diferentes áreas para que al salir del hogar tengan las he­rramientas necesarias para poder desenvolverse solas.

El ideal para que las jóve­nes ingresen es desde el primer mes del embara­zo para la niña y al bebé para que nazca bien y sano, pero Melgarejo res­cató que reciben mujeres de dos, tres incluso siete meses de gestación.

Luego del parto, se esti­ma que a los tres meses la niña y el bebé pueden o volver con su familia o ir con una sustituta, dependiendo de lo que determine la fiscalía. A pesar de esto, el albergue contiene a las madres todo el tiempo que ellas necesiten para poder sa­lir desenvolverse solas.

El promedio que se gasta por cada embarazada es de cerca de G. 1.000.000 si no es más ya que cada caso es diferente, explicó Melgarejo.

En las épocas de año nuevo y navidad el hogar contaba con 11 niñas, una con un bebé de dos años y otra con bebé de dieciocho meses, en esos casos se vio la posibilidad de que retornen con la madre ya que la fiscalía dio el ok para que sean reinsertadas.

Aunque, en muchos ca­sos, las mismas no pue­den volver a sus hogares porque dentro del en­torno familiar es donde reciben abusos, por esas razones no retornan a sus casas y las institucio­nes pertinentes le buscan una familia sustituta, mencionó Melgarejo.

AUTOGESTIÓN

El Hogar Rosa María se sustenta de las donacio­nes, con el trabajo inte­gral que brindan varias personas que colaboran con donaciones o efectivo para que puedan seguir asistiendo. Tienen la capa­cidad de recibir a 15 niñas.

Asimismo, también vi­ven a través de la auto­gestión con eventos para recaudar fondos y actual­mente cuentan con un bono de colaboración con el costo de G. 100.000 para ayudar a sustentar el cuidado de las jóvenes. Melgarejo aclaró que ade­más de las víveres que re­ciben también necesitan de ayuda monetaria para pagar los estudios y gas­tos que conlleva la futura madre.

Melgarejo rescató que gracias a la colaboración de los feligreses se consi­guió que este hogar siga. En los 20 años de servicio que emergió el hogar na­cieron 222 bebés y actual­mente viven en el refugio dos embarazadas y una con un bebé.

 

Es un problema grave en el país que la gente hable poco y nada de lo que es la prevención del abuso y por supuesto como una consecuencia de ese abuso el embarazo de niñas y adolescentes.

EDUARDO SOSA

DIRECTOR GENERAL DE PROTECCIÓN DE NIÑEZ

 

Se le hace el correspondiente control prenatal, apoyo nutricional, psicología, odontología y seguimiento por trabajo social.

PATRICIA VEILIUVA

DIRECTORA GENERAL DE PROGRAMAS DE SALUD

 

20% de los embarazos en Paraguay corresponde a adolescentes.

 

6,7 millones de dólares se destinan para atender embarazos y partos de adolescentes.

 

Equipo Periodistico
Equipo Periodistico
Equipo de Periodistas del Diario El Independiente. Expertos en Historias urbanas. Yeruti Salcedo, John Walter Ferrari, Víctor Ortiz.

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