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La costosa enfermedad que no espera

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Al término del octubre rosa, el plan de concientización para la lucha contra el cáncer de mama se hizo presente durante todo el mes, pero, ¿cuál es el estado en que se encuentran las mujeres que pelean contra esta enfermedad? Así como existe una campaña tan intensa, ¿también existe suficiente atención?

DIFICULTAD Y SACRIFICIO
“Cuando tenés cáncer, tu primer pensamiento es que vas a morir mañana. Sin embargo, siempre conté con la contención de mi familia y me apoyé mucho en mi fe, pilares fundamentales que me brindaron las herramientas suficientes para enfrentar mi enfermedad”, explicó Miguela.

De ese modo, ella aclaró que resulta primordial tener un soporte y aferrarse a algo porque la lucha es larga y no solo desgasta físicamente, sino también emocionalmente. Miguela comentó que muchas mujeres desisten de los tratamientos por esos motivos, sumándose también la falta de atención suficiente para el cáncer de mama en el país.

“Resulta muy difícil enfrentar la enfermedad en un país como el nuestro porque no tenemos ningún tipo de respuestas. Yo tengo que traer de Clorinda cada medicamento que debo utilizar y todas mis quimioterapias, que fueron 8, me costaron G. 700 mil cada una”, expresó.

Afirmó también que ni siquiera tienen alternativas que las ayuden a conseguir los medicamentos, debido a la burocracia. Esto sin mencionar que ni siquiera existen centros asistenciales para ayudar a mujeres que se encuentran en el interior del país; muchas se ven obligadas a desplazarse hasta el Incan, Hospital San Pablo, Clínicas y ahora Villa Hayes.

Más allá de eso y la ayuda mínima que debe asegurar el Estado con los medicamentos, la mujer manifestó que todas deben estar conscientes de su enfermedad, aceptarla y no desistir al tratamiento pese a las dificultades, pues si ya existen obstáculos, las propias mujeres no pueden formar parte de estas complicaciones.

LA DOBLE LUCHA
Hace casi tres años, Sol Minck Jordán, se vio envuelta en un sinfín de situaciones recorriendo hospitales públicos y privados para no dejar a un lado su tratamiento y medicación, afirmando que un solo día sin ellos resulta crucial para seguir manteniendo la lucha contra la enfermedad.

“Siempre digo que en un país como el nuestro carecen cosas para los pacientes oncológicos en general; aparte de enfrentar a la enfermedad, también debemos luchar por conseguir medicamentos que son muy costosos”, comentó Sol. Ella se sometió a 10 quimioterapias, 2 cirugías de vaciamiento del tumor y cada 3 meses se hace una quimioterapia de refuerzo. También había pasado por 25 sesiones de radioterapia, pues se le detectó metástasis en el esternón, pero afortunadamente las mismas tuvieron su resultado y las pudo terminar con éxito.

No obstante, la mujer reiteró la dificultad existente en torno a la lucha contra el cáncer de mama en nuestra nación, afirmando que ni siquiera vendiendo todo lo que tenés podés solventar por completo los gastos existentes. “La mayoría de los estudios, por ejemplo, se hacen exclusivamente en el privado y los costos son muy elevados, mientras que los equipos y mamógrafos siempre están descompuestos”, destacó.

La tomografía por contraste es otro requerimiento esencial para las enfermas oncológicas: si quieren realizarse en un hospital privado cuesta G. 3 millones y en el hospital público debes acercar el contraste, el disco, los medicamentos y el leukoplast, que totalizan una cifra de G. 700 mil.

Así también expresó que el Incan es el único lugar en el cual se hacen radioterapias, pero constantemente se colapsa debido a que no abastecen para todas, entonces la única opción nuevamente es recurrir a un sanatorio privado, donde podés gastar entre G. 15 a G. 20 millones por sesión.

UNA ENFERMEDAD COSTOSA
Estando hace más de un mes a la espera de su sesión de radioterapia, Nilda Duré se encuentra preocupada y expectante para la confirmación de su atención, pues el Incan representa el único lugar al cual puede acudir, pues no cuenta con las posibilidades de acceder a un servicio privado.

“Dentro de todo, las cosas van bien para mí; tengo cáncer de mama, pero no me siento enferma. Mi familia constantemente me apoyó y siempre veló para que siga con mis tratamientos y medicamentos. Lastimosamente ese no fue el caso de muchas compañeras, quienes incluso recurrieron a encadenamientos para contar con fármacos esenciales”, subrayó Nilda.

De esta manera, cataloga al cáncer de mama como una enfermedad muy cara, que incluso le cuesta la vida a mujeres que podrían librarse de ella, pero no lo hacen porque no tienen la posibilidad económica de seguir con sus tratamientos.

Así, concluye diciendo que debería existir una doble campaña entre el nivel de concientización para luchar contra el cáncer de mama y la atención para las enfermas, pues la lucha se puede volver peor por falta de suficiencia en medicamentos y tratamientos.

Equipo Periodistico
Equipo Periodistico
Equipo de Periodistas del Diario El Independiente. Expertos en Historias urbanas. Yeruti Salcedo, John Walter Ferrari, Víctor Ortiz.