En la enorme sobreexposición existente hacia las redes sociales en general, las personas pueden recopilar todo tipo de informaciones, incluso acerca de la salud mental, pero, ¿cuál es el impacto que ocasionaría brindar más importancia a lo recomendado por un influencer, antes que un psicólogo?
En un mundo cada vez más digitalizado, las personas se encuentran cada vez más ligadas al mundo de las redes sociales y la diversidad de contenidos expuestos en los mismos. Por ejemplo, de acuerdo al sitio web de márketing, Affde, TikTok tiene 689 millones de usuarios activos mensuales, lo que nos da la pauta de nivel de influencia y recepción por parte de los consumidores de la aplicación.
La mencionada app no solo está posicionada como una de las que posee mayor impacto y utilización a nivel general, sino que también contiene una diversidad de temas expresados a través de los videos realizados por los denominados “creadores de contenido”.
Entre bailes, retos, tendencias, la temática no tiene límites y de ese modo también se habla acerca de temas referentes a la salud mental. Influencers contando sus experiencias
o realizando recomendaciones para el público en general acerca de cómo lidiar con algún factor estresante, depresivo o de mucha presión, se viralizan en TikTok, dando paso a una interrogante: ¿hasta qué punto eso resulta como ayuda a una persona? ¿Por qué no acudir a un profesional de la salud mental?
CONSEJOS ERRÓNEOS
“Estamos en la era de la comunicación inmediata e instantánea; de la gratificación efímera. Los influencers, como su nombre lo dice, generan contenido por el impacto que tienen en la vida de las personas, pues influencian a las mismas”, destacó la licenciada en psicología clínica, Olga González.
Teniendo esto en cuenta, la especialista añadió que muchas veces las personas que ven a los influencers se sienten motivadas a imitar lo que hacen ellos. Agregó también que desde la pandemia se han visto muchas recomendaciones sobre la salud mental, hábitos de vida e intervenciones mismas con trastornos relacionados a la depresión o la ansiedad, sin ningún
tipo de fundamento profesional o base científica.
Licenciada Olga González.
“La psicología es una ciencia y como tal existen intervenciones basadas en evidencias, por lo que tomar consejos de una persona, pese a que haya tenido buenos resultados individualmente, no solo resulta inadecuado, sino que también puede ser potencialmente iatrogénico o muy dañino para la persona”, sentenció González, haciendo referencia a que
ningún caso será igual a otro y tendrá el mismo nivel de atención.
En ese sentido, la especialista indicó que la única experiencia personal con posibilidades de ser utilizada como una influencia positiva para una persona con problemas de salud mental es que acuda a un profesional de ese ámbito.
“No se puede erradicar la ansiedad en tres pasos, mediante hipnosis o con alguna ayuda religiosa, como muchos creadores de contenido recomiendan; lo que funciona para una
persona, no funcionará para otra en igual medida, por lo cual resulta fundamental que las personas consulten con un psicólogo y no se guíen tanto por las declaraciones de un influencer”, dijo la experta.
DIFERENCIAS CENTRALES
González recalcó que la principal diferencia entre el consejo de un influencer y la atención de un psicólogo es que dicho profesional lleva una preparación de años en el campo de
la salud mental e incluso realizan otras especializaciones para trabajar con las emociones y pensamientos de las personas.
“Hay trastornos que requieren de una atención multidisciplinaria, como en el caso de la depresión o la bipolaridad y eso solo puede hacerlo un profesional idóneo en la salud
mental, como lo es el psicólogo”, declaró la licenciada. Así, ejemplificó la situación diciendo que si una persona tiene una afección física o una enfermedad, acudirá junto a un médico especializado e idóneo en términos científicos, antes que escuchar a un influencer.
Lo mismo debería suceder con la salud mental, subrayó, pues no deberíamos aceptar cualquier recomendación que no provenga de un profesional apto.
