El Día Mundial de la Salud Mental se celebra cada 10 de octubre, la fecha fue establecida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) con el fin de sensibilizar sobre los problemas relacionados con la salud mental y movilizar esfuerzos para ayudar a mejorarla.
Nuestro país, antes de la pandemia no se encontraba en las mejores condiciones en la materia y desde el inicio de la pandemia por Covid – 19, la psicóloga Cindy Argaña afirmó que se ve una diferencia abismal debido a que antes no había conocimiento o consciencia respecto a los cuidados y necesidades emocionales. “Era algo que se postergaba mucho”, aseveró.
Explicó que, desde el punto de vista negativo, los picos de ansiedad subieron, estrés laboral, agresividad dentro de la convivencia de parejas y lo que la profesional denomina un apagón general en la motivación, al estar encerrados repitiendo una misma rutina diariamente.
Por otro lado, a nivel positivo, declaró que se observa un mayor interés hacia trabajar todo eso que nos incomoda, perdimos el miedo a aceptar vulnerabilidades porque vimos cuanto realmente afectan nuestro día a día.
Expuso que los trastornos que más se presentan en los paraguayos actualmente son: la ansiedad, el síndrome de Burnout, la autoestima baja y la desmotivación general.
Mencionó que la ansiedad se observa ante la falta de toma de decisiones, antes de realizar alguna cosa que antes hacíamos con normalidad, porque estamos constantemente abrumados, nos falta el aire por tanta tensión o preocupación que no descargamos correctamente.
Por otro lado, el síndrome de Burnout se presenta con el exceso de trabajo, no tener un límite sano de horarios en que nos desconectemos de lo laboral para conectarnos con tiempo en familia o hobbies que nos ayudan a distraernos y despejarnos. En tanto, uno de los síntomas más comunes de la baja autoestima es compararse físicamente debido al uso que le damos a redes sociales como también a qué tan productivos somo en comparación a otros. “Eso influye en cómo nos percibimos tirándonos para abajo”, aseguró.
Igualmente, expresó que la desmotivación general es un síntoma que estuvo y continúa estando muy presente por el motivo que nuestro descanso desde la pandemia es muy distinto, desordenamos el horario laboral con el tiempo personal, vivimos en un constante piloto automático y eso afecta directamente a nuestra motivación.
De igual modo, la psicóloga Giselle Ripa afirmó que, a su parecer, hay tres cosas importantes por mejorar en nuestro país en cuanto al tema: la posibilidad de acceso a los servicios de salud mental, los psiquiátricos y la prevención.
Sobre el primer punto, estableció que cuando una persona este ante un caso de depresión o problema familiar tenga un lugar a donde acudir, pueda recibir un servicio profesional y de calidad. “Esto implica que haya más centros y una inversión para tener profesionales capacitados”, sostuvo.
En cuanto a los psiquiátricos, manifestó que, si bien hoy el neuropsiquiátrico esta haciendo un buen trabajo, el enfoque debería de ser más integral y hacia la comunidad, para ayudar a las personas a salir de esa situación, como es la tendencia mundial en todos los países.
En el tercer punto, aseguró que algo urgente por mejorar es la prevención. “Para mejorar la salud mental de un país es importante prevenir. Y para ello es importante empezar a hablar del tema y hacer que la gente vaya entendiendo que la salud mental es igual de importante que la salud física”, apuntó.
Señaló que también es fundamental promover algunas conductas saludables en la sociedad como espacios verdes de esparcimiento y ejercicios físicos, debido a que todo lo que es nuestro contexto social y físico, afecta nuestra salud mental. Entonces, en una ciudad y país más saludable en todos los aspectos, va a repercutir directamente en una buena salud mental de la población.
EL FACTOR CULTURAL EN DE LA SALUD MENTAL
La psicóloga Gloria Petters indicó que la personalidad y la salud se van ajustando a ciertas reglas y normas que la misma sociedad impone, además de herencia cultural que tiene cada territorio.
“Los paraguayos tienen muy poco manejo de la inteligencia emocional, que va en contra del manejo interpersonal. Entonces esa circunstancia de este manejo, sale a relucir a nivel interpersonal y aumenta esa sensación de malestar de la persona, y en como se desenvuelve a nivel de la sociedad”, finalizó.