El 31 de diciembre de 2014 se inauguró el denominado Tren Binacional que une Encarnación con Posadas a través del puente San Roque González de Santacruz.
Goza de un nombre bastante ampuloso para sus dos vagoncitos con capacidad para 250 pasajeros que tarda unos treinta minutos en unir ambas ciudades a través de la frontera. De todas maneras, para un país como el Paraguay en donde el ultimo tren de pasajeros debe haber rodado unos 30 años atrás, es el único trencito que hoy por hoy circula por territorio nacional. Lo curioso es que habiendo unos pocos kilómetros aguas abajo del cruce una de las centrales hidroeléctricas mas grandes de la región, el convoy es movido por una locomotora diesel.
Incongruencia más grande sería imposible hallar. Si ambos condóminos de la represa fueron incapaces de ponerse de acuerdo para enchufar a la red un par de vagones de pasajeros, qué podríamos esperar nosotros de electrificar el transporte público, movido hasta hoy por pestilentes, ruidosos y poluyentes motores diesel.
En lugar de avanzar, hemos retrocedido en esto de transportar gente. El primer tranvía circuló en 1913 y, con subidas y bajadas, el sistema siguió funcionando durante 84 años, los últimos, de manera más bien testimonial. Antes de la era de las hidroeléctricas, las usinas producían energía quemando leña en calderas o haciendo marchar grandes generadores alimentados con fuel oil. Este sistema estuvo administrado durante mucho tiempo por la Compañía Americana de Luz y Tracción que daba luz a la ciudad y energía a los tranvías. Para 1968, cuando empezamos a recibir energía de Acaray, el tranvía había entrado en franca decadencia y en 1983, con el primer giro comercial de Itaipú, ya era una suerte de museo rodante y nostálgico, hecho que se acentuó en 1994 cuando Yacyretá entregó sus primeros kilovatios.
Hoy, la gran mancha urbana del área metropolitana está cruzada por centenares de líneas de ómnibus a diesel y nada parece disputar el gran reinado del gasoil.
Que duda cabe que hace falta una gran conversión del sistema de transporte. Hoy abunda la electricidad producida por nosotros mismos pero dependemos de masivas importaciones de combustible fosil. ¿Quién se animará a dar el puntapie inicial a la era del kilovatio en el transporte público? El que lo haga, desde la intendencia líder de Asunción, será el verdadero transformador.