Mucho por hacer y muy poco tiempo para perder
A finales del 2014 y de la mano de organismos internacionales, el Gobierno dio a conocer el Plan Nacional de Desarrollo fijando metas alcanzables para 2030. Este tipo de iniciativas ha tenido siempre suerte diversa en el país, sobre todo por la volubilidad de cada turno de políticos en el poder quienes pocas veces alinean su actuación y su conducta con los postulados de planes y programas que se prolonguen en el tiempo. El PND-2030 no ha sido la excepción.
Cada Gobierno, a su tiempo, toma con beneficio de inventario el contenido de programas de esta naturaleza. Pero algo más que eso ha sucedido desde la enunciación e hipotética puesta en práctica del PND-2030. Y ese algo es el COVID19.
La pandemia ha tenido el efecto de una verdadera bomba de fragmentación con esquirlas que impactaron en todos los componentes de la gestión gubernamental, con o sin plan de desarrollo.
Uno de los ejes centrales del PND-2030 muestra un componente esencial, “la erradicación de la pobreza extrema, el desarrollo infantil temprano, la educación básica y secundaria de calidad para todos…”. Fue allí donde uno de los efectos destructivos del COVID hizo impacto. Datos del Instituto Nacional de Estadísticas indican que “la pobreza total (en 2020) registró una incidencia del 26,9% (1.921.000 personas), lo que representa un incremento del 3,4 % (264.000 personas) respecto al año 2019, cuando se encontraba en 23,5%”. El Banco Mundial estima, a su vez, que “las autoridades reaccionaron rápidamente al brote del COVID-19 en marzo de 2020 para mitigar los daños en la economía y las personas”. Los planes de asistencia y las transferencias monetarias aminoraron los efectos negativos y una caída del PIB menor a la esperada ayudó a sostener estos programas. Pero será imposible prolongarlos indefinidamente sin asistencia externa.
Una de las ramas de mayor significación, el desarrollo infantil temprano, la educación básica y secundaria de calidad, recibió de lleno el efecto corrosivo de un año y medio académico de inactividad. ¿Cómo se recupera eso? ¿Es posible, cuánto tiempo lleva y a qué costo? Por otro lado, los servicios sociales “de calidad con gestión pública eficiente y que permitan una vida saludable a lo largo del ciclo de vida…” fueron muy afectados por la pandemia.
Hay mucho que reconstruir, adaptar y ampliar en el área pública en los próximos años.
Y nada de tiempo para perder.