No soy meteorólogo, más eso no es necesario cuando al salir de casa tengamos la necesidad de tener un abrigo, paraguas o estar ligero de vestimenta, ahora en invierno sudamericano, el frío ha llegado por unos meses y cómo me dijo un amigo, Santi, para mi la peor temporada es el invierno por tenerte cargado de ropa, y mientras el invierno genera esta incomodidad
Por otras latitudes, que experimentan fenómenos extraños para los habitantes cómo lo que fue la nevada en Argentina y en Perú que la pelea no es con el calor ni el frío, sino con otra cosa que cae de arriba y en exceso, las lluvias que produjeron inundaciones gigantescas.
En tierras incaicas el volumen fue diez veces mayor que el habitual. Incrementaron los caudales y causaron inundaciones generalizadas e inmensos deslaves que arrasaron con barrios marginales. Las cifras son más que preocupantes, más de 100 personas han muerto, casi 158,000 han sido desplazadas, y 210,000 hogares han sido dañados. La temporada de lluvias en Perú va de noviembre a abril, aunque sepamos que hasta en Paraguay hay poca capacidad de predecir lluvias o cambios climáticos, o saber cuando y donde aparecen fuertes fenómenos climáticos, cómo fue el resultado de la elección presidencial que aunque no haya llegado a ser tan dramático cómo una inundación, es todavía desde que el 6 de junio cuando luego de las elecciones presidenciales todavía no se sabe quién es su presidente Keiko Fujimoro o Pedro Castillo, que aumenta no solo los riesgos climáticos sino sociales cómo la generación de empleo, controlar la desigualdad, pobreza, corrupción, injusticia, la Dificultad para el acceso a los alimentos. Lo que deja claro que compartimos con Perú algunos problemas que al no atenderlos puede llevar a UTI a gobiernos con tendencia a morir allí por la incapacidad de controlar a la población cómo es el control de pesadas y destructivas precipitaciones.
Aunque hacer pronósticos de cambios climáticos exactos sea todavía un gran desafío humano, sabemos y podemos predecir cómo reaccionaría la gente cuando el poder no actúa para su jefe, el demos, o ciudadano de la cracia, el poder que cómo hemos visto cómo ha destruido una precipitación, el ciudadano organizado tiene el mismo poder que unas lluvias, nevadas o calores de 40 grados para arriba.
Si los gobiernos del mundo no toman en serio su trabajo para hacer frente ahora no solo la pandemia sino al mismo tiempo responder a las inoculaciones positivas que necesitan otros campos cómo educación, trabajo, salud, vivienda para inmunizarse y hacer esa vacunación un proyecto sostenible para el ciudadano que ahora cuenta con una herramienta para organizarse y conocer y saber sobre y cómo manifestar su inquietud en relación a problemas no atendidos que luego de haber sido dejados de lado es posible que destruya barrios, casa y hasta vidas humanas cómo fue en Perú, que está entre los países latinos más golpeados por este virus que resultó siendo una tormenta mundial, que hoy día están peleando para concertar políticas que posean un carácter de Estado.
Es obligación del mandatario crear paraguas, abrigos o sistemas de enfriamiento o calentamiento para evitar y controlar reacciones sociales, que hoy día administrando de forma ineficaz la vacunación, pueden terminar ahogando, congelando y hasta echando gobiernos que no han usado su tiempo y recursos para poder trabajar anticipadamente a los problemas climáticos que pueden provocar al papis.
