Desde el pasado jueves, profesionales de blanco se manifiestan para obtener mejores condiciones laborales. El primer sector en levantar su voz de protesta fue enfermería. Estos profesionales piden el cumplimiento de la ley 6625 que establece bonificaciones extras por el trabajo nocturno.
Estos reclamos no se quedan en los enfermeros. Los profesionales médicos se sumaron el día siguiente viernes 14. Y ayer lunes, nuevamente gremios de enfermería se manifestaron frente a salud.
Lilio Irala, médico del Sindicato de Médicos, quien participó de la manifestación del viernes frente al ministerio, lamentó que Salud siempre sufrió un olvido histórico por parte del Gobierno.
“Además de la saturación de los servicios, también se produce un colapso mental y emocional de los profesionales de la salud. Sumado al olvido de las autoridades hacen que haya una reacción a estas alturas”, explicó.
Destacó que los profesionales de salud vienen sufriendo una gran presión sin que se haya reforzado la inversión en personal, las mejoras en infraestructura o la compra de insumos.
“Hace rato venimos peleando por la desprecarización. Por años de contrato. Y contra la actitud prebendaria y clientelar que generan contratos precarios de camilleros, enfermeros con salarios menores al mínimo”, lamentó.
El último ajuste salarial que recibió el sector fue en el 2012. Fue una nivelación más que un aumento.
MANIFESTACIONES
El jueves pasado y en coincidencia con el día nacional del sector, la Asociación Paraguaya de Enfermería (APE) y la Federación Nacional de Enfermería (Fenae) se unieron para manifestarse en frente del Ministerio de Salud.
Al día siguiente, el viernes 13, el Sindicato Nacional de Médicos, aprovecharon el día feriado para no afectar los servicios de salud.
“Varios frentes se están manifestando. Y ahora estamos hablando para llegar a concretar varios días de manifestación a nivel nacional. Con todos los demás asociaciones y federaciones porque se está volviendo insostenible esta situación”, señaló.
La falta de ajuste salarial, la precarización laboral (sin contratos), la sobrecarga debido a la pandemia, son algunos de los puntos conflictivos.
Itapúa, San Pedro, Alto Paraná, Central, Asunción son algunos de los puntos del país más acogotados por el colapso del sistema.
“Vemos que existen recursos para otras cuestiones. Pero para lo esencial que es la salud nunca existen recursos. Tenemos compañeros fallecidos y seguirán así si no cambia el escenario”, explicó.
PRESUPUESTO
Desde el 2008 con el Gobierno de Lugo, el presupuesto anual de Salud es de US$ 900 millones. Para Irala, debe de ser de US$ 1500 millones para cumplir las necesidades mínimas.
Sumado al presupuesto insuficiente, se suma la baja ejecución (70%). Esto genera que solo se utilicen US$ 630 millones al año.
“Se ve una incapacidad de administrar, sumada a la corrupción. Nosotros necesitamos saltar de lo que habitualmente se ejecuta a casi el doble para satisfacer las necesidades mínimas de los profesionales de blanco”, explicó.
En el sector público existen alrededor de 85 mil profesionales. Sumados todos los sectores, ya sean médicos, enfermeros, encargados de la parte técnica y más.