El planeta se enfrenta a olas más frecuentes de inundaciones, sequías y conflictos políticos debido a los efectos del cambio climático en los suministros de agua dulce y está “muy mal preparado” para adaptarse a estos riesgos, señalan los expertos.
Los suministros de agua de regiones cordilleranas, que aportan cerca de la mitad del agua potable en el mundo, se están volviendo impredecibles a medida que el incremento en el promedio de la temperaturas derrite los glaciares y nevados, cambiando a su vez los patrones de lluviosos y los niveles de los ríos.
En algunas áreas, como en los Alpes, el exceso de agua de los glaciares ha provocado inundaciones repentinas, mientras que la disminución de la capa de nieve en la Cordillera de los Andes ha causado graves sequías en países como Chile.
Los científicos reunidos esta semana para una “Cumbre de Alta Montaña” en la Organización Meteorológica Mundial (OMM) en Ginebra hicieron un llamado a una mejor cooperación entre gobiernos, investigadores y agencias espaciales.
“Estamos lamentablemente mal preparados. Nuestra infraestructura fue construida en los siglos XIX y XX en las montañas y río abajo y ya no tenemos ese clima”, dijo John Pomeroy, profesor de la Universidad de Saskatchewan de Canadá, quien copreside el evento.
Suiza, el país anfitrión, estima que los daños derivados del cambio climático a su infraestructura, incluidos los ferrocarriles, podrían costar unos 1.000 millones de dólares al año. Pero es improbable que otros países -que son mucho más pobres y experimentan desafíos similares- tengan fondos a esa escala para solucionar problemas.
“Hay enormes brechas, no solo en la forma en que se ha diseñado nuestra infraestructura, sino también en la infraestructura que tenemos para monitorizar el cambio (de patrones climáticos)”, dijo Carolina Adler, directora ejecutiva de la Iniciativa de Investigación de Montaña en la Universidad de Berna, también copresidente del evento.
A diferencia de los datos meteorológicos, que los estados miembros de la ONU han compartido voluntariamente con la OMM durante décadas, la recopilación de datos sobre recursos hídricos está en pañales. Un desafío será persuadir a los gobiernos para que se comprometan a compartir más información sobre hidrología. Un funcionario describió el asunto como “muy delicado”, mientras que algunos países lo consideran como una cuestión de seguridad nacional, según Reuters.
1.000 Millones de dólares al año sería el costo de los daños ocasionados.