Llegamos a Nochebuena en medio de escándalos cuando pensábamos que, tal vez, íbamos a tener una navidad tranquila.
El presidente Mario Abdo Benítez habló del «mejor sistema de salud del mundo» en Paraguay. Aunque luego matizó que se refería a la entrega del personal de blanco, ya era tarde.
Llovieron las críticas porque solo incluir esa frase, en el contexto que sea, genera profunda indignación en el país donde los ceros en tu cuenta bancaria marcan, literalmente, la posibilidad de seguir viviendo o no. La de ir al Sirio Libanés o a depender de rifas, donaciones o el sistema hospitalario de otro país para conseguir un tratamiento.
Luego, al final de la tarde, la Policía Nacional revolucionó las redes al allanar un comercio que fabricaba «mascocédulas» al considerar que las mismas eran muy parecidas a las cédulas originales y, por lo tanto, una amenaza nacional. Mientras tanto, Dalia López, en algún lugar, pasará unas fiestas mejores que las nuestras.
Hoy explotó el escándalo de que el Procurador General de la República, Sergio Coscia, decidió firmar un «acuerdo» por el que el Estado le pagaría US$ 7 millones a la empresa argentina TEXOS, luego de que ésta demandara a Paraguay.
Una vez que «saltó» este arreglo, que incluía la firma del presidente actual de Petropar, Coscia reconoció que el presidente de la República ni el Ministro de Hacienda estaban al tanto y que iba a «rever» su decisión inicial.
En otro país, esto siginificaría destitución inmediata. Aquí, lo más probable es que lo terminen ascendiendo.
Mientras tanto, seguramente, las autoridades apuestan a que todo esto quede una vez más enterrado bajo los litros de clericó y las montañas de vitel toné de estos días o hasta que un nuevo escándalo nos indigne por un rato en el teclado.
