Figura como misión del MITIC la “…creación y difusión de contenido relevante y plural desde los medios estatales, generando un proceso amplio de inclusión social desde la comunicación pública, transparencia en la gestión…” etc. El MITIC es el ministerio de las tecnologías de la información y la comunicación creado para generar “contenidos relevantes” de la gestión de Gobierno. ¿Lo están logrando? Parece que no, si aceptamos lo dicho por el segundo de a bordo del Palacio de López.
El MITIC nació hace dos años y vino al mundo infectado con todos los vicios estructurales de la función pública. Lo fondearon, para el ejercicio 2020, con Gs. 60.000 millones, suma que no mueve demasiado el amperímetro presupuestario pero que llevada a un análisis costo-beneficio da resultados muy interesantes. Veamos.
Para “generar un proceso amplio de inclusión social desde la comunicación pública” el MITIC dispone de un ministro, dos viceministros, 13 directores generales, 30 directores a secas y 61 jefes de departamento, quedando además disponibles y a llenar en el ordenador presupuestario, una dirección general y 9 jefaturas departamentales que, al momento de escribir este artículo, estaban vacantes. Como la planilla del MITIC contempla un total de 263 cargos, tenemos una tasa de 2,26 funcionarios por jefe. Tomando prestada la idea de Winston Churchill tras la batalla de Inglaterra, diremos que “jamás tan pocos indios fueron mandados por tantos caciques”.
Si el resultado de todo este despliegue de semántica presupuestaria es un Gobierno que “comunica extraordinariamente mal” (Villamayor dixit), ¿no le parece al Presidente Abdo Benítez que debiera organizarse un poco mejor en eso de comunicar a la ciudadanía lo que está haciendo en su nombre con el dinero que le deposita anualmente en la tesorería pública? Se dirá que la reciente ley de racionalización del gasto ha dejado de a pie al MITIC al cortar rubros para publicidad estatal en medios masivos.
Excusas.
La multiplicidad de espacios existentes en las redes (además de los medios estatales) da herramientas suficientes de divulgación sin costo. Tal vez haciendo un escaneo IQ en su portentosa panoplia de cargos, el MITIC podría estar en condiciones de invertir el apotegma del jefe de gabinete y aprender a comunicar “extraordinariamente bien”.
Por ahí…