“Nosotros somos los más ordenados, obedientes y podríamos ayudar incluso en la educación de la gente”, mencionó Monseñor Amancio Benítez, de la Conferencia Episcopal Paraguaya, quien pidió que la presencia de las personas en los oficios religiosos sea proporcional al tamaño de las iglesias.
Recordó, en contacto con Radio La Unión, que la fase 3 permite hasta 20 personas para las celebraciones eucarísticas, mientras que la fase 4 hasta 50, pero a estas alturas de la epidemia, la ciudadanía ya se acostumbró a las medidas sanitarias para evitar el contagio, por ende, los templos podrán recibir a más fieles.
“Las celebraciones religiosas son las que más contagios han atraído en otros países, pero las estadísticas nos dicen lo contrario en Paraguay. No tenemos reporte de infección dentro de la iglesia, lo que indica que se están respetando las normas. Es un lugar seguro, aportamos mucho en el acatamiento de lo dispuesto por el Ministerio de Salud, y me siento muy agradecido con los fieles por el buen comportamiento, es lo que ayuda a que la situación sea más llevadera” señaló el monseñor Amancio Benítez.
Agregó que la experiencia en lugares como Encarnación o Villa Rica, donde la celebración se hace con 50 personas, les dice que se puede vivir lo mismo en Asunción, Central y Alto Paraná, una participación más abierta de parte de la gente, según las dimensiones de cada iglesia, manteniendo la distancia de 2 metros.
“En este momento la gente necesita contención psicológica y espiritual por las diversas enfermedades colaterales que acarrea esta pandemia”, comentó.
Expuso que en lugares como la Catedral de Asunción podría ingresar hasta 80 personas, teniendo en cuenta el espacio. “Si es un lugar abierto como una explanada o una canchita de fútbol, quizás entren 100 a 150 personas cuidando que no se aglomeren en la entrada y la salida. Creo que todos estamos educados y más los que acuden a la iglesia”, refirió Monseñor.
Aclaró que en un santuario pequeño donde hay una capilla chica, caben 15 a 20 personas, y si meten 50 ya es aglomeración.
Asimismo, en este tipo de actos no hay mucho movimiento, ni encuentros, solo para la comunión y ahí se cuida con los servidores que la gente no se mueva demasiado.
“Desde el principio nuestro pedido no era tanto la cantidad, sino la proporcionalidad, siempre con el distanciamiento, el lavado de manos, el uso de tapabocas y la lista de asistentes para el eventual seguimiento”, aseguró.
Cabe destacar que monseñor Ricardo Valenzuela, obispo de la Diócesis de Caacupé, recibió la visita del ministro de Salud, Julio Mazzoleni, y conversaron sobre la manera en la que celebran las misas actualmente en la Basílica de Caacupé.
Uno de los puntos tratados con la alta autoridad sanitaria fue la de cómo realizar la celebración de la misa el próximo 8 de diciembre. Una de las opciones es la de celebrar el oficio en un campo abierto, externo a la Basílica de Caacupé, por una cuestión del espacio para evitar aglomeraciones y respetar el distanciamiento físico.