Christian Franco es uno de esos paraguayos que las personas llaman “con garra”, pues durante más de 20 años supo levantarse una y otra vez a pesar de los golpes. Actualmente reside en Buenos Aires y es propietario del restaurante “El Antojo”, elegido número uno por tener la mejor milanesa de bodegón de la ciudad.
Hace un año y medio instaló en el Paraguay “El Bodegón”, cumpliendo así uno de sus mayores sueños. Su mamá era cocinera, de ahí nació su amor por la gastronomía y siempre soñó en abrir un restaurante para ella.
La crisis desatada por la pandemia le golpeó como a muchos en el rubro y tocó las puertas del Banco Nacional de Fomento (BNF) para pedir un préstamo por G. 300 millones, pero le respondieron que debía tener dos años de antigüedad como requisito, a pesar de que hace más de 20 años estuviera en el rubro.
En plena pandemia le dio una cachetada sin manos al BNF, creció, abrió un local propio y sumó una franquicia, y ya hay más de 100 locales esperando por sus carpetas en Uruguay, Colombia y hasta en Estados Unidos.
Comentó que hace 3 meses empezó de 0, dormía en el piso, llevaba los pedidos en moto, auto, donde fuera. Buscando una alternativa a la crisis empezó a diseñar unas cajas para mantener calientes a las milanesas y conservar las papas sin humedecerse, y los pedidos llegaron a 8 o 10 kilómetros más allá del barrio.
“Explotó todo. En el segundo mes ya eran 15 motos”.
LA HISTORIA
Cuando le preguntan a Christian cómo se define, no tarda en decir que es un hombre que va de frente, proveniente de una familia humilde, pero con ganas de comerse el mundo. El BNF le negó el préstamo por no tener suficiente experiencia como emprendedor, ya que hacía 1 año y 7 meses que había nacido “El Bodegón” en Paraguay.
“Me hicieron escuchar un audio del presidente hablando de mi caso. ¿De qué experiencia me hablan? Trabajé en Argentina por más de 20 años y me levanté 5 veces. Yo me quedé con la duda de a quién se le da ese crédito, por todos lados hacen propaganda de la ayuda que ofrecen y a ningún emprendedor encontré que se les diera ese apoyo”, mencionó Franco.
Hoy “El Bodegón” ya subsiste por sí solo, pagan a sus empleados, los impuestos. Gracias a las ganancias del trabajo en Argentina pudo mantener el local en Paraguay, así como gracias a la buena voluntad de las personas que le alquilan el local.
“A mi tienes que pegarme fuerte porque si no, me levanto más fuerte todavía. Soy de los que el fracaso hace el éxito. Lo que sí me duele mucho es que, como dijo Maradona, me cortaron las alas en mi propio país, pero ya van a terminar estos gobernantes de turno y vendrán tiempos mejores”, agregó.
EL ANTOJO
El restaurante en la capital argentina lleva ese nombre porque cuando Christian tenía 19 años le negaron un trabajo en La taberna El Antojo. Contó que estuvo medio día esperando, tomándose pruebas y no tenía ni para su pasaje, caminó 3 horas bajo lluvia y con hambre.
“Hace 6 años, El Antojo estaba fundido y regresé a Paraguay, viví en San Lorenzo y trabajé en el Club Centenario. Mi señora me empezó a mandar mi ropa y pensé que perdía a mi familia, por eso a los 22 días regresé a Argentina, ni cobré mi sueldo”, recordó.
Gracias a aquella necesidad creó la milanesa gigante que es tan reconocida por su singularidad. “Por la necesidad uno es exitoso. Ser diferente es el secreto de esta milanesa”.
Actualmente, en El Bodegón hay 26 trabajadores, antes eran 40, pero siguen luchando por mantenerse, y el local El Antojo tiene 35 colaboradores, mientras que el nuevo local cuenta con 15 colaboradores.
Mi mensaje para todos los emprendedores es que no bajen los brazos, que luchen, trabajen, no se rindan. Hay que sacar lo mejor de uno y ojalá que lleguemos a hacer franquicias y llegar a todo el Paraguay”, concluyó el visionario.