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Pobladores del Bañado dicen “no” al desalojo

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Pobladores de la calle de Cantaluppi, de los Bañados, vienen recibiendo amenazas de desalojo desde el 23 de junio. El pasado martes 4 de agosto se reunieron con directores del Área Social y de Gestión Ambiental de la Municipalidad de Asunción pidiendo el cese de los amedrentamientos y la permanencia en sus tierras.
El vocero de los pobladores, Arístides Fariña, explicó que 50 familias viven en el asentamiento y varios funcionarios llegaron sin identificación, sin portanombres, pidiendo el desalojo de sus tierras, acción que los vecinos tomaron como amenaza.
El conflicto se da porque la empresa encargada de administrar el vertedero de Cateura, Empo, quiere agrandar y desalojar a las familias que viven al costado del vertedero Cateura hacia zona norte, pasando la Universidad Católica.
Los vecinos no quieren moverse ni hacia el río ni a la laguna, sino quedarse en las casas que construyeron con su esfuerzo. Luego de la reunión, desde la Municipalidad acordaron hacerle seguimiento al caso y visitar el lugar con miras a encontrar una solución.
“Ahí nacieron nuestros hijos, tenemos nuestra escuelita, el centro de salud, transporte a una cuanta cuadra. Somos pobladores de aquí, no queremos conflicto con la empresa EMPO porque sabemos que genera trabajo y a muchos de nuestros hijos le dan el pan de cada día, pero el pedido es quedarnos”, destacó el vocero.
LOS BAÑADOS
Los “Bañados” han soportado grandes inundaciones en varios momentos de su historia. Las más intensas se presentaron en el año 1983, 1997, 2014 y, la última, en 2019. En total, la población bañadense se compone de más de 20.000 familias con un estimado de cuatro personas por familia, las cuales están divididas en Bañado Norte, Sur, Tacumbú y Chacarita.

En cuanto a la composición de Bañado Sur, hay que resaltar que el reciclaje de basuras agrupa a un buen número de pobladores, aunque también hay talleres de confección de ropa, muchas tiendas de todo tipo de productos, algunas panaderías, ventas callejeras y poco más.

Los vecinos de la zona tienen varias dificultades históricas en cuanto al acceso a salud, luz, agua, transporte y han asegurado año tras año que no es un problema solo de los bañadenses, sino una lucha por un espacio propio y digno, por la tierra.
La pandemia agravó esta situación y los pobladores de los Bañados se manifestaron una vez más frente a la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN) pidiendo insumos para continuar con las ollas populares.
Kimberly Samaniego, una de las referentes, dijo que son 40 familias dependientes de esta actividad. «Nos seguimos manteniendo con actividades solidarias, donaciones, venta de comidas típicas. Hay días que no come la gente porque no hay insumos, traen harina pero no aceite por ejemplo”.
Equipo Periodistico
Equipo Periodistico
Equipo de Periodistas del Diario El Independiente. Expertos en Historias urbanas. Yeruti Salcedo, John Walter Ferrari, Víctor Ortiz.

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