El senador liberal Enrique Buzarquis sostiene que la Ley que anula las sobrefacturaciones corresponde ser aprobada, primero porque la ciudadanía fue estafada, y segundo porque también amplía la atención hacia la clase media y las mipymes que no fueron alcanzadas por los programas sociales y económicos.
En medio de la pandemia, que genera una crisis sanitaria y económica, el senador liberal Enrique Salyn Buzarquis aseguró en entrevista con Juan Pablo Fernández Bogado, que la Administración Nacional de Electricidad (ANDE), cuyo presidente es el ingeniero Luis Villordo, cometió un acto punitivo contra la sociedad paraguaya al emitir boletas sobrefacturadas.
El parlamentario espera que la Cámara de Diputados acompañe el rechazo del veto del Poder Ejecutivo para que se promulgue la ley que anula todas las facturas emitidas durante la pandemia, obliga a realizar una nueva medición con lectura de por medio y con la exoneración hasta los primeros 1.000 kWh de consumo mensual.
“Sostengo que es una estafa masiva, estamos peleando por este proyecto, nos ratificamos en el Senado y ahora está en manos de los diputados. La primera vuelta nos acompañaros, y espero que esta vez nos acompañen también”, indicó el senador.
Además, añadió que la ciudadanía también debe de generar una presión para que pueda finalmente promulgarse esta normativa, luego de que el presidente Mario Abdo no se haya mostrado no se de la gente.
La semana pasada la Cámara de Senadores rechazó el veto parcial que le dio Mario Abdo Benítez, y se ratificó en el texto original, que además también anula las facturas de la Empresa de Servicios Sanitarios del Paraguay (Essap). El veto sería tratado esta semana en la Cámara Baja.
“El tema de la anulación de las facturas corresponde porque ellos fabricaron un sistema mágico, inventaron un sistema de medición sin hacer las lecturas, miles de negocios y comercios estuvieron cerrados y la ANDE le facturó a la gente como si fuera que estuvieron trabajando a su máxima potencia”, ratificó Buzarquis.
Por otra parte, en cuanto al cuestionamiento que surge desde la ANDE por la cantidad de kWh que se exonera, el congresista sostiene que ese alivio económico de 442.000 guaraníes también ya abarca a las micro, pequeñas y medianas empresas que se vieron afectadas por la crisis y luchas día a día por salir a flote de nuevo.
“Las mipymes quedaron totalmente fuera de los programas económicos del Gobierno”, comentó y agregó que esta ley también beneficiaría a ese sector, así como también a la clase media, una sección tampoco asistida, pues cuestionó incluso que los planes como Pytyvo y Ñangareko no llegaron a todos los hogares afectados por la crisis.
FINANCIAMIENTO
Sobre este punto mencionó que el Gobierno tiene una disponibilidad millonaria de dinero, además de los USD 1.600 millones de línea de crédito que tendrán que pagar cada paraguayo, el senador Enrique Buzarquis refirió que también se pueden recurrir a las binacionales hidroeléctricas como Itaipú y Yacyretá
“¿De qué nos sirve ser campeones en producir energía, pero en momentos de trágico y difícil los paraguayos no podamos recibir aunque sea una parte”, sentenció Buzarquis.
LEJOS DE LA GENTE
El senador liberal también refirió que el Gobierno del presidente de la República, Mario Abdo Benítez, no ve el panorama completo de la crisis, que puede terminar con una sociedad colapsada por falta de recursos médicos, económicos y alimenticios, poniendo como ejemplo lo que ocurrió la semana pasada en Alto Paraná.
“Acá la clase política no se da cuenta al borde del colapso y del estallido social, donde podríamos perder la democracia, porque sin salud pública, sin trabajo, sin pan, donde la gente solo vota no alcanza. Corremos el riesgo de tener gobiernos autoritarios de izquierda o de derecha, porque el Gobierno aún no ha notificado que con esta crisis (pandemia) debe de haber un nuevo orden económico”, remarcó el político.
Por último, agregó que hoy el Gobierno de Abdo está entregado al ex presidente Horacio Cartes, suponiendo con la intención de tener estabilidad a través del pacto, porque es una administración que no tiene convicción, y que tampoco genera cambios para dar un golpe de timón.
“Viven en un termo, viven en un microclima”, puntualizó.
