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Siete consejos a un político para comunicar

  1. Respete a su público. No quiera engañar a la gente. Es mucho más inteligente de lo que usted puede imaginar. Póngase en su lugar. Imagine cómo tomaría lo que les va a decir. No se crea más listo que el sentido común. En ese público al que usted se dirige,  hay muchos sabios de vida, esa gran universidad que no necesita títulos. Bájese de su nube. Toque tierra. Hable con la verdad. Le va ir mejor. 
  2. Sea claro y breve. Ordene sus ideas. La gente piensa que el político habla mucho y dice poco. Se queja de que no le entiende. De que su discurso es un velero sin rumbo. Un callejón interminable de palabras sin sentido. Los públicos ya no son como antes: sus oídos tienen cada vez menos paciencia para el rollo. Se han vuelto más exigentes. Quieren contenido, verdad y pocas palabras. Exigen entender lo que se les dice. Alguien dijo alguna vez, que el silencio es un homenaje al prójimo. La claridad también.
  3. Asesórese bien. Sepa escoger a sus asesores. Búsquelos prudentes, informados e inteligentes. Y que sepan de comunicación. Y por supuesto, de política. Escúchelos y decida. Evite a los que le siguen la corriente o quienes lo adulan sin rubor. Finalmente, usted habrá de tomar la decisión.  Y asumir las consecuencias de sus palabras. Nunca dependa ciegamente de un solo asesor. No se convierta en su rehén. Sea difícil de manipular, pero también sepa escuchar. En ese equilibrio está la clave. 
  4. Sea usted mismo. No quiera ser alguien que no es. Asumir poses de marketing. Hoy más que nunca su pasado es presente. En política nada se guarda como secreto. Si usted, por el cargo cambia sus modos o costumbres, será atacado por los enemigos. Y también por sus propios amigos, que a veces son los mejores enemigos. Sea entonces, congruente con lo que ha sido. 
  5. No cuente mentiras. Las mentiras siempre tienen fechas de caducidad. Lo sacan a veces de un apuro, pero solo de momento. Son armas de filos traicioneros. Sobre todo las mentiras graves. Las mentiras que tienen grandes consecuencias para usted y para quienes gobierna. La credibilidad de los políticos siempre es un flanco débil. Aunque en este mundo la verdad siempre es relativa, aléjese lo más que pueda de las mentiras.
  6. No ponga pretextos. Nada más lamentable que un político que siempre pone pretextos, para justificar sus acciones y omisiones. La política es asumir responsabilidades de los actos. La decisión siempre cuesta. Para eso le eligieron: para que tomara decisiones. Las excusas solo retardan los juicios severos de la opinión pública, a veces tan implacable e injusta. Ejercer el poder tiene consecuencias. Consecuencias que no se resuelven a punta de pretextos. 
  7. Reconozca sus errores. ¿Por qué les cuesta tanto a los políticos asumir errores? ¿Es mejor táctica no reconocerlos, cuando son tan evidentes? ¿Hay alguien acaso que se asuste de la equivocación de otros? En política siempre hay que saber corregir. Pero debe ser a tiempo. La realidad no espera, ni solapa titubeos. 
Guadalupe Robles
Guadalupe Robles
Gerente de Relaciones Institucionales del Grupo Debate. Politólogo por la UAM. Doctor en Derecho de la Información. Profesor-Investigador. Lector disperso.

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