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Siete consejos para nuevos diputados

  1. Estudie las leyes. Y también los contextos que rodean las leyes. Ser diputado es un honor que pocos llegan a tener. Sin embargo, hay diputados que no saben lo que firman o aprueban. Ser legislador requiere muchas horas de estudio y de lectura. Hay que estudiar las leyes. Por lo menos. Estar al tanto de los contextos. Los análisis financieros. Los problemas sociales. ¿Usted lo hace? Los asesores son muy importantes, pero nada mejor que la supervisión y análisis directo de las normas y de su realidad. 
  2. Las leyes no son modas. Hay un frenesí por reformar o aprobar nuevas leyes. Una competencia absurda a ver quién presenta más iniciativas, sólo para abultar los informes anuales de los legisladores. Una especie de machismo legislativo. Una competencia a ver quién infla más la ya de por sí inflada legislación. No. No es mejor legislador quien tiene más ocurrencias de reforma o nuevas leyes. Vigilar que se cumplan las ya existentes, es una obligación que parece dormida. Despiértela. 
  3. Entienda qué es el Congreso. El congreso no es una plaza pública. No olvide esto cuando suba a tribuna. Si usted va solo a arengar, a defender a su partido o a su jefe, a gritar despropósitos, y si es oposición a quejarse de todo y por todo, mejor dé la oportunidad a otro. El Congreso también debe ser un espacio de ideas, reflexiones, denuncias y de intenso debate público. Pero no confunda el grito con la protesta. La protesta inteligente. No rebaje el debate. Se supone que el Congreso es la máxima tribuna del pueblo. Demuéstrelo.
  4. No sea un bulto. Esta es una expresión cruel, pero es ilustrativa de lo que pasa en muchos congresos. Siempre son unos cuantos los que participan, discuten, dan declaraciones y polemizan en tribuna.  Participe. No tenga miedo a equivocarse. Atrévase a defender sus puntos de vista. Rebélese de vez en cuando con su líder de bancada. El líder siempre tendrá su burbuja, sus favoritos. No se deje marginar. El tiempo vuela y usted debe sobresalir. Demostrar que no es un bulto. 
  5. No olvide que se debe al pueblo. El Congreso es, o debe ser, la máxima expresión de la voluntad del pueblo. Sí, aunque suene demagógico. Usted debe guardar disciplina y lealtad a quien lo puso ahí, pero nunca olvide que usted representa al pueblo y no a su jefe político. Vea el pasado: ha habido cientos de diputados detrás de usted. De muy pocos se acuerda la gente. Trate de trascender. Sea verdaderamente un diputado del pueblo, no solo un peón del poder. 
  6. El Congreso no es una fiesta. El Congreso no es un espacio para ir a tomarse selfies. O para comer en las sesiones. O lucir su mejor traje. Guarde su debida compostura. Sea serio. Formal. Vista con decoro, pero austero. No sea ostentoso. Ponga atención a la discusión. En el Congreso se tratan cosas muy serias. No lo vea como un espacio de reunión de amigos. 
  7. Huya de las frivolidades. Reúnase con la gente. Sobre todo, en los momentos más difíciles. Evite las reuniones frívolas del partido. O los actos protocolarios de gobierno a los que solo va a hacer bola. No se acostumbre a una vida de lujos. Ni a las mesas de los poderosos y ricos. Esos no le invitarán cuando usted ya no tenga el cargo que ahora tiene.
Guadalupe Robles
Guadalupe Robles
Gerente de Relaciones Institucionales del Grupo Debate. Politólogo por la UAM. Doctor en Derecho de la Información. Profesor-Investigador. Lector disperso.

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