Al cumplirse un año de la presidencia de Santiago Peña, las críticas y el descontento social han crecido considerablemente en todo el país. Peña fue elegido con la promesa de generar un cambio significativo a través de programas como “Hambre Cero”, “Chau Chespi” y “Che Róga Pora”. Sin embargo, estas iniciativas no han logrado conectar con las necesidades reales de la mayoría de los paraguayos, dejando a muchos con un sentimiento de decepción.
Desde su llegada al poder, la gestión de Peña se ha visto marcada por acusaciones de inoperancia en varios ministerios, destacándose la polémica actuación del exministro Barchini en el Ministerio de Justicia. Además, la administración ha mostrado una aparente ineficacia para abordar los problemas más urgentes del país.
Los escándalos relacionados con los llamados «nepobabies» —hijos de políticos que han obtenido puestos con salarios exorbitantes, como la hija del vicepresidente Pedro Alliana— han proliferado en diversas instituciones, cuestionando la idoneidad y ética de estas designaciones.
Aunque Paraguay experimenta un excelente clima económico, con una de las mejores proyecciones de crecimiento de la región cercana al 4% y la obtención del tan anhelado grado de inversión (logros que no son mérito exclusivo del actual gobierno), gran parte de la ciudadanía aún no percibe los beneficios de esta bonanza que atrae inversiones de varios países.
El impacto de la mala gestión se refleja en los indicadores sociales, con médicos manifestándose y campesinos reclamando mejores condiciones para el campo. Estos y otros temas han marcado el primer año de un gobierno que opera bajo la sombra de un expresidente que controla la mayoría en el Poder Legislativo. Peña también ha defendido a controvertidos legisladores, como Hernán Rivas, conocido por falsificar un título, y el llamado “Chaqueñito”, ambos generando vergüenza pública.
Tan mala ha sido la gestión de Peña que muchos han comenzado a recordar con nostalgia al exmandatario Mario Abdo Benítez, bajo el lema «No eras tan desastre, Marito». Este regreso a la escena política de Abdo, junto a dirigentes colorados de su movimiento, ha generado especulaciones sobre el futuro político del país.
En este contexto, el gobierno de Peña se encuentra trabajando en la elaboración del Presupuesto General de la Nación 2025, que deberá incorporar nuevos elementos como el programa «Hambre Cero» y la Superintendencia de Jubilaciones y Pensiones. Este presupuesto será el primero diseñado completamente por la administración de Santiago Peña, un documento que, según se espera, definirá en parte el rumbo del resto de su mandato y tendrá aquí la oportundiad de cumplir su promesa de austeridad y optimización de los recursos públicos.